martes, 28 de abril de 2015

CLÁSICOS OLVIDADOS: LENGUADO MEUNIER.

Recordaba hace poco más de un año aquellos platos siempre presentes en las cartas de cualquier restaurante que se preciase, allá por los años setenta y ochenta. Ya publiqué por entonces la receta del cóctel de langostinos.
Otro de los platos que no podían faltar, sobre todo en las bodas de cierta altura, era el lenguado meunier, o lenguado "a la molinera" como rezaba en las minutas de ciertos sitios que pretendían distinguirse por su españolidad.
Bien sencilla es la receta, solamente cuatro ingredientes y fácil elaboración.
He sustituido el lenguado por unos filetes limpios de halibut congelado. Hace un tiempo compré en la pescadería unos lenguaditos para mis nietas y, al llegar a casa, al sacarlas de su envoltorio, aparecieron los famosos gusanos parásitos de muchos pescados, que, si bien, no son tóxicos ni nocivos para la salud, son bastante desagradables. Tiré los lenguaditos a la basura. Ni para los gatos.
Ya sé que se pueden congelar; pero prefiero ahorrarme el paso y comprar el pescado congelado. Al menos tengo la confianza en que ha sido congelado recién pescado en alta mar.
Para elaborar este clásico vamos a necesitar:
Lenguados. O gallos, o platijas, fletán, halibut...... congelados.
Harina para rebozar.
Mantequilla.
Zumo de limón y un pellizco de sal.
Descongelar los filetes y secarlos concienzudamente con papel absorbente salarlos y pasarlos por harina. Sacudirlos ligeramente para quitar el exceso.
En una sartén poner una nuez de mantequilla e ir dorando los filetes en ella uno a uno reponiendo la mantequilla cada vez que sea preciso. (Debo confesar que yo los he frito en un buen aceite de oliva).
Sacar el pescado y quitar el exceso de grasa depositándolos sobre un papel absorbente.
Añadir el zumo de un limón a la mantequilla que quede en la sartén (o añadiéndole un poco más si fuese necesario) y batir con las varillas hasta conseguir una salsa uniforme que verteremos por encima del pescado.
Servir inmediatamente adornados con un gajo de limón. Se acompañaba de patatitas hervidas regadas con la misma salsa y un poco de perejil picado.

4 comentarios:

Tita dijo...

El sabor de la mantequilla es tentador...pero casi que me apunto como tú al aceite de oliva.

Besos

Rosa María Gandarias dijo...

Buenos días: yo también prefiero el aceite de oliva para freir. Cuando hago esta salsa, utilizó la sartén en la que he frito el pescado, por supuesto retirando el aceite, y pongo en ella los ingredientes de la salsa. Me parece que queda el pescado menos dulzón. Un saludo.

Maria Pilar-COCINICA dijo...

Me acuerdo perfectamente de aquellas cartas, luego vinieron otras modas, igualmente ricas, pero estos lenguados son deliciosos.

Un abrazo

Contando los sesenta dijo...

Leer tu receta me ha recordado otros tiempos, en primer lugar cuando tu no tenías nietas. Ya puestos, un día de estos he de hacer la receta. Mira que estaban ricos.