Una bella leyenda atribuye la llegada de los cerezos a un zar ruso que, nadie sabe cómo, llegó hasta el Valle y lo sembró de cerezos para evocar la nieve de sus tierras al menos diez días cada año.
Lo cierto es que se calcula que en la actualidad el número de cerezos ronda los dos millones de ejemplares, en su mayoría de la variedad "picota".
Recuerdo los días de mi infancia en los que las cerezas llegaban en cestas de castaño protegidas por helechos y que nos las colgábamos de las orejas y que cuando cogías una, sacabas una ristra de ellas unidas por los pedúnculos.
Ya disfrutamos en los primeros días de la primavera de la fiesta de los cerezos en flor y volvimos a subir hasta el puerto de Tornavacas para no perdernos ni un ápice del espectáculo.
En estos días empieza la temporada de las cerezas y el Consejo Regulador, las cooperativas y los mismos productores se esmeran en ofrecer novedades culinarias que tengan como base el sabroso fruto.
Permítaseme colaborar ofreciendo esta estupenda receta de un clásico adaptado a nuestra fruta más representativa.
Ceremisú o Jertemisú.
Ingredientes
Una taza de café solo bien cargado.
Una copita de licor de cereza.
Una taza de almíbar hecho con el mismo peso de azúcar y agua.
1/2 Kg. de cereza picota del Jerte.
12 bizcochos de soletilla
250 gr. de queso fresco.
250 gr. de nata para montar.
4 cucharadas de azúcar moreno.
4 yemas de huevo.
1/2 tableta de chocolate negro rallado en virutas.
Preparación:
Deshuesar y partir en trozos regulares las cerezas. Mezclar el café con el almíbar y el licor de cereza. Mojar los bizcochos en la mezcla y colocarlos ordenadamente en una fuente transparente o si se prefiere en cuatro cuencos o copas. Repartir las cerezas por encima y reservar en el frigorífico.
Montar la nata y mezclar con el queso. Batir las yemas con el azúcar hasta que estén esponjosas. Añadir a la nata con queso y mezclar con cuidado. Verter esta mezcla sobre las cerezas y esparcir por encima las virutas de chocolate.
Mantener en el frigorífico hasta el momento de consumirlo.
Notas: Se pueden suprimir las yemas de huevo si no ofrecen suficiente garantía de que su consumo en crudo sea seguro.
Fuera de temporada se pueden sustituir las picotas por cerezas en almíbar o en licor, bien escurridas, y utilizar el líquido para empapar los bizcochos.