En mis tiempos de juventud no aguantaba las verduras a las que llamaba despectivamente "forraje". Soportaba las alcachofas y pare usted de contar. Así que las ensaladas las evitaba para desesperación y correspondiente enfado de mis padres. Ahora ya no puedo prescindir de ellas.
En aquellos tiempos no se concebía otra ensalada que no fuese de verduras: lechuga, escarola, tomates, pimientos.... y en el medio rural los berros, pamplinas, achicorias, etc.
Hoy son habituales las ensaladas a base frutas, como esta que aprendí hace ya muchos años en un famoso restaurante de Salamanca.

Los ingredientes son:
Una manzana.
Una zanahoria.
El zumo de una naranja.
Un puñado de canónigos. (O berros, o hierba maché)
Una lata de ventresca de bonito en escabeche. (La ensalada de la foto no llevaba).
Aceite, vinagre, sal y pimienta negra.
Preparar una vinagreta con una cucharada de vinagre de Jerez, cinco cucharadas de aceite de oliva, el zumo de una naranja, sal y un toque de pimienta negra recien molida.
Pelar, descorazonar y cortar la manzana en rodajas finitas y estas en trocitos. Cortar la zanahoria en tiras. Juntar ambas cosas, regar con la vinagreta y dejar reposar en el frigorífico.
Poner los canónigos en el centro de una fuente o ensaladera y encima la ventresca en láminas. Echar un chorro de aceite y colocar la mezcla alrededor.