jueves, 24 de junio de 2010

ENSALADA DE MANZANAS Y ZANAHORIAS.

En mis tiempos de juventud no aguantaba las verduras a las que llamaba despectivamente "forraje". Soportaba las alcachofas y pare usted de contar. Así que las ensaladas las evitaba para desesperación y correspondiente enfado de mis padres. Ahora ya no puedo prescindir de ellas.
En aquellos tiempos no se concebía otra ensalada que no fuese de verduras: lechuga, escarola, tomates, pimientos.... y en el medio rural los berros, pamplinas, achicorias, etc.
Hoy son habituales las ensaladas a base frutas, como esta que aprendí hace ya muchos años en un famoso restaurante de Salamanca.

Los ingredientes son:
Una manzana.
Una zanahoria.
El zumo de una naranja.
Un puñado de canónigos. (O berros, o hierba maché)
Una lata de ventresca de bonito en escabeche. (La ensalada de la foto no llevaba).
Aceite, vinagre, sal y pimienta negra.
Preparar una vinagreta con una cucharada de vinagre de Jerez, cinco cucharadas de aceite de oliva, el zumo de una naranja, sal y un toque de pimienta negra recien molida.
Pelar, descorazonar y cortar la manzana en rodajas finitas y estas en trocitos. Cortar la zanahoria en tiras. Juntar ambas cosas, regar con la vinagreta y dejar reposar en el frigorífico.
Poner los canónigos en el centro de una fuente o ensaladera y encima la ventresca en láminas. Echar un chorro de aceite y colocar la mezcla alrededor.

sábado, 19 de junio de 2010

CALABACINES.

Esta mañana he recogido las primicias del huerto por este año. Han sido cuatro calabacines, cada uno de los cuales me ha salido por un millón o poco menos.
Mi huerto es un huerto ecológico, solamente se emplean fertilizantes orgánicos, principalmente compost que preparo yo mismo.

Todavía estaban húmedos del rocío mañanero y han ido directamente a la cocina.
He preparado dos platos diferentes con ellos: Una ensalada de calabacín y unos calabacines rellenos. Hoy tocan dos recetas.

Para la ensalada de calabacín:
Dos calabacines.
Una ramita de albahaca.
Un buen chorro de aceite de oliva.
Agua y sal.
Cortar los calabacines a lo largo en tiras de 1/2 cm. de grosor. Yo lo hice con la mandolina.
En una cazuela echar dos dedos de agua, sal y las partes duras y las hojas feas de la albahaca. Poner a calentar y, cuando empiece a hervir, colocar un colador o la vaporera y las tiras de calabacín. Tapar y hacer un par de minutos al vapor. Deben quedar "al dente".
Sacar inmediatamente, rociar con el aceite de oliva y esparcir por encima la albahaca picada. Remover con cuidado y dejar templar.
Se puede comer templada o fría.

Para las barquitas de calabacín rellenas de arroz y gambas:
Calabacines pequeñitos. Que no sobrepasen los veinte centímetros.
Arroz hervido.
Salsa bechamel.
Gambas y/o palitos de surimi.
Cortar los calabacines en dos a lo largo. Vaciar el interior con la cucharilla de hacer bolas y a continuación hacerlos al vapor con el mismo sistema que la receta anterior.
Hervir el arroz, saltear las gambas en una pizca de mantequilla y mezclar ambas con un poco de bechamel rellenado a continuación las barquitas con la mezcla. Cubrir con el resto de la bechamel y dorar en el grill hasta que adquiera un colorcito agradable.

domingo, 13 de junio de 2010

LOMO RELLENO ASADO.

En nuestros años jóvenes, cuando vivíamos en el pueblo, siempre había una botella de champán puesta a enfriar en el frigorífico.
Por aquello de santificar las fiestas.
Y cuando no era fiesta conocida, mirábamos el calendario (por aquellos tiempos todos los calendarios llevaban el santoral incorporado) para saber cual era el santo del día y, si era, es un decir, San Apapucio; pues botellita de champán y a celebrar San Apapucio. Y botellita nueva al frigorífico que el calendario trae 365 santos, y santas, para festejar y todos ellos son dignos de homenaje.
Viene esto a cuento de que hemos pintado de rojo en el calendario los días que hemos tenido a los ingleses en casa y los hemos considerado festivos a todos los efectos, lo que lleva consigo comida de fiesta. Elegí un lomo de cerdo relleno asado que hacía mucho tiempo que no preparaba. Es del recetario del primer thermomix y me quedaron (hice dos) de miedo, como podréis comprobar.
La receta es sencilla pero muy elaborada, los preparativos llevan un ratito. Lo acompañé de un "gravy" que es una salsa inglesa ideal para los asados.


Necesitamos:
Un trozo de lomo de cerdo de alrededor de 1,5 Kg.
Jamón, bacon y queso en lonchas.
Sal y pimienta.
Cordel de algodón para bridar.
Hacer unos cortes longitudinales en el lomo a unos tres cm. de distancia, y tan profundos como anchas sean las lonchas de jamón y bacon. Las de queso habrá que cortarlas a medida. Salpimentar el lomo y colocar, alternándolas, las lonchas de jamón, bacon y queso en los cortes. Recoger el lomo y bridarlo para que no se deshaga.
Precalentar el horno a 200ºC y asarlo durante una hora. Comprobar el punto clavando una aguja, si sale el líquido blanco, es que está hecho. Dejar enfriar.
Lo corté con el cortafiambres en lonchas de 0,5 cm. Y le hice las fotos antes de desbridarlo por el temor de que al quitar los cordeles, perdiese prestancia.


Para el gravy:
1 l. de caldo de carne.
1/2 l. de vino fino. (Moriles)
1 cucharada colmada de espesante. (maizena, fécula, harina de trigo tostada...). Yo uso "thickening", un espesante sin gluten que traigo de Inglaterra.
Poner a hervir a fuego suave el caldo junto con el vino y dejar reducir a la mitad. Añadir el espesante y batir con las varillas hasta que alcance el punto deseado. Si se utilizan harinas, disolver previamente en una tacita de agua fría.
Las patatas asadas a la sal que vi en el blog de MayLou, fueron unas buenas compañeras.

sábado, 12 de junio de 2010

FETICHES.

Le he dado un nuevo aire a mi otro Blog: Fetiches.
Echadle un vistazo de vez en cuando y dejad algún comentario.
Está aquí:

jueves, 10 de junio de 2010

EL LIBRO DE FAMILIA.

He tenido una semana de lo más movidita.
Dejando a un lado los preparativos para el verano, que después de anunciarse no se ha presentado a la cita, tales como preparar la piscina, limpiar y barnizar muebles de jardín ¿jardín?, y muchos etcéteras que no hay forma humana de eludir.
El jueves tuve que ir a Lisboa a recoger a la portuguesinha, que había alargado el fin de semana y quería encontrarse con su hermano que hacía un mundo que no venía por aquí. El sábado, a Sevilla a recoger a los ingleses que, como han decidido casarse, tienen que venir para los preparativos: Papeles, ropas, más papeles, restaurante, iglesia, más papeles, cursillos pre-matrimoniales, más papeles, pruebas de menú, alianzas, certificados, ¡¡¡El libro de familia de los padres!!!.
Otro viaje a Sevilla (ella es sevillana y la boda se celebrará allí) para que pasen unos días con su familia y puedan seguir rellenando papeles pidiendo papeles, legalizando otros, poniendo mil sellos, pagando tasas y demás trámites. Y lo de las flores, la música, las fotos.....
Me quieren disfrazar de grillo o de pingüino para ese día. Menos mal que yo no soy el padrino; pero me tocará cargar con la madrina y su mantilla el resto del día.
El libro de familia, sí. ¿Para qué lo necesitarán? El mío, digo. Que ha habido que bucear por un montón de cajones, que vaya usted a saber dónde estará después de tanto tiempo y cinco traslados. Apareció, claro.

¡Qué bonito!, con sus pastas azules, con su gallinita, su yuguito, sus flechitas, su cintita al viento con su UNA GRANDE LIBRE. Nos lo dieron después de la ceremonia de nuestra boda con el encargo de rellenarlo, tarea que te facilitaban con 10 hojitas en blanco para inscribir otros tantos vástagos. Nos quedamos sin rellenar siete de ellas.
Un encargo y un consejo. "Llévenlo consigo siempre que viajen. Se lo pedirán en la recepción de todos los hoteles".
¡Qué manera de preservar la virtud de las españolas!. Lo cierto es que jamás nos lo pidieron.
¡Tiempos aquellos, que puede que no vuelvan!.
Mañana, receta.