viernes, 8 de marzo de 2013

TRES MUJERES.

Gen. 1:27: Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los hizo.
Es esto los que dice el primer relato de la creación en la Biblia.
Según la tradición hebrea, esta primera mujer, anterior a Eva, se llamaba Lilith y según la misma leyenda, fue expulsada del Paraíso por su rebeldía al negase a estar bajo Adán en el momento de la cópula. Exigía, ya que eran iguales, la posibilidad de estar sobre el varón en dicha tarea.
Se marchó a las orillas del Mar Rojo. Allí se entregó a la lujuria con Asmodeo y otros demonios, dando a luz a los lilim. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla (Snvi, Snsvi y Smnglof), ella se negó a acompañarlos de regreso.

Aspasia de Mileto vivió en el S. V A.C. (-470 ?, -400?) Esposa de Pericles y madre de Pericles el joven.
Aspasia se hizo notar por su brillante conversación. Según Plutarco, su casa fue el centro intelectual de Atenas que atraía a los más significativos pensadores y escritores entre los que se encontraba el mismísimo Sócrates. Muchos fueron los que llevaron a sus esposas a las reuniones para que la oyesen hablar.
Gran parte de los testimonios que nos han llegado sobre Aspasia son, con toda certeza calumnias inventadas por autores que la ridiculizaron y vilipendiaron por su inteligencia, sus ideas avanzadas y por su influencia en la política ateniense a través de su esposo.

Lubna de Córdoba era una intelectual árabe-andaluza de la segunda mitad del siglo X, famosa a causa de sus conocimientos en gramática, y por la calidad de su poesía. Era la secretaria del califa de Córdoba, Al-Hakén II, gran defensor de la cultura.
En la biblioteca de Córdoba, Lubna estaba encargada de reproducir, escribir y traducir muchos manuscritos. Fue la impulsora de la creación de la famosa biblioteca de Medina Azahara.
Según las crónicas árabes, durante la época de Al-Hakén II, se podía encontrar en algunos arrabales de la ciudad, más de 170 mujeres letradas, encargadas de copiar los libros, un dato que da una idea de la cultura, así como del papel de las mujeres durante el reinado de este cultivado califa. La ciudad de Córdoba contaba entonces con más de doscientas mil casas, seiscientas mezquitas con sus respectivas escuelas infantiles, ochenta escuelas de enseñanza superior, novecientos baños públicos y cincuenta hospicios.
Tras la muerte de Al-Hakén, su sucesor, Almanzor ordenó quemar públicamente los más de 40.000 volúmenes de dicha biblioteca.

3 comentarios:

MaryLou dijo...

Gracias por la difusión! toda la vida ha habido mujeres muy importantes que han sido silenciadas y hasta vilipendiadas... porqué habrá sido?
Temor a perder la supremacía? Inseguridad?
Estamos muy lejos de conseguir la igualdad total, pero estamos en el camino...
Besicos

Pilar Abalorios dijo...

Gracias, profesor

Mari Carmen dijo...

Me encantan estos relatos, siempre aprendo algo. Besitos.