Gen.
1:27: Creó, pues,
Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y
mujer los hizo.
Es
esto los que dice el primer relato de la creación en la Biblia.
Según
la tradición hebrea, esta primera mujer, anterior a Eva, se llamaba
Lilith y según la misma leyenda, fue expulsada del Paraíso por su
rebeldía al negase a estar bajo Adán en el momento de la cópula.
Exigía, ya que eran iguales, la posibilidad de estar sobre el varón
en dicha tarea.
Se
marchó a las orillas del Mar Rojo. Allí se entregó a la lujuria
con Asmodeo y otros demonios, dando a luz a los lilim. Cuando tres
ángeles de Dios fueron a buscarla (Snvi, Snsvi y Smnglof), ella se
negó a acompañarlos de regreso.
Aspasia
de Mileto vivió en el S. V A.C. (-470 ?, -400?) Esposa de Pericles y
madre de Pericles el joven.
Aspasia
se hizo notar por su brillante conversación. Según Plutarco, su
casa fue el centro intelectual de Atenas que atraía a los más
significativos pensadores y escritores entre los que se encontraba el
mismísimo Sócrates. Muchos fueron los que llevaron a sus esposas a
las reuniones para que la oyesen hablar.
Gran
parte de los testimonios que nos han llegado sobre Aspasia son, con
toda certeza calumnias inventadas por autores que la ridiculizaron y
vilipendiaron por su inteligencia, sus ideas avanzadas y por su
influencia en la política ateniense a través de su esposo.
Lubna
de Córdoba era una intelectual árabe-andaluza de la segunda mitad
del siglo X, famosa a causa
de sus conocimientos en gramática, y por la calidad de su poesía.
Era la secretaria del califa de Córdoba,
Al-Hakén
II, gran defensor de la
cultura.
En
la biblioteca de Córdoba, Lubna estaba encargada de reproducir,
escribir y traducir muchos manuscritos. Fue
la impulsora de la creación de la famosa biblioteca de Medina
Azahara.
Según
las crónicas árabes, durante la época de Al-Hakén II, se podía
encontrar en algunos arrabales de la ciudad, más de 170 mujeres
letradas, encargadas de copiar los libros, un dato que da una idea de
la cultura, así como del papel de las mujeres durante el reinado de
este cultivado califa.
La ciudad
de Córdoba contaba entonces con más de doscientas mil casas,
seiscientas mezquitas con sus respectivas escuelas infantiles,
ochenta escuelas de enseñanza superior, novecientos baños públicos
y cincuenta hospicios.
Tras
la muerte de Al-Hakén, su sucesor, Almanzor ordenó quemar
públicamente los más de 40.000 volúmenes de dicha biblioteca.
3 comentarios:
Gracias por la difusión! toda la vida ha habido mujeres muy importantes que han sido silenciadas y hasta vilipendiadas... porqué habrá sido?
Temor a perder la supremacía? Inseguridad?
Estamos muy lejos de conseguir la igualdad total, pero estamos en el camino...
Besicos
Gracias, profesor
Me encantan estos relatos, siempre aprendo algo. Besitos.
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