De nuevo en Inglaterra, como todos los
años por estas fechas.
Siguen por ahí diciendo que los
ingleses comen mal o que no saben comer y eso, repito, no es cierto.
Tienen hábitos de comida muy
diferentes a los nuestros, adaptados a su modo de vida y al clima.
Ya lo he dicho también, los ingleses
son jardineros, no cocineros; a lo que habría que añadir, como
siempre, la falta de tiempo.
Comen, por ello, con frecuencia fuera
de casa y es tradicional salir los domingos a disfrutar de su “sunday
lunch” al Carvery o al pub más cercano donde lo preparen.
El rosbif es sin duda el plato rey de
la gastronomía inglesa. Se trata de una pieza de carne de vacuno,
normalmente lomo alto que tiene una capa de grasa que lo hace más
jugoso, aunque se puede hacer con aguja o con babilla siempre que la
pieza supere el kilo y medio de peso (lo aconsejable son 2 Kg.).
El rosbif tiene que estar poco hecho.
Hay discrepancias en los criterios a aplicar sobre esta tema, lo que
para unos es “poco hecho”, otros lo considerarán como “crudo”
o “casi crudo”. Lo que para otros es “su punto” para unos es
“ruina total”. Considero que lo primero tiene solución. Cuando
lo hago en casa, dejo la plancha a mano y si alguien se queja...
vuelta y vuelta y solucionado.
Su acompañamiento imprescindible es el
Yorkshire pudding, algo que a mí me recuerda ligeramente a un churro
salvando las lógicas diferencias.
Lleva también verduras. Chirivías,
patatas y zanahorias cocinadas al horno, guisantes cocidos y unos
arbolitos de coliflor hervidos y gratinados con una especie de
bechamel de queso. Aparte, dependiendo de los sitios, hay variedad de
acompañamientos diferentes entre los que se encuentra el bread sauce
o salsa de pan.
El complemento indispensable es el
gravy, una salsa ligeramente espesa, marrón oscura, hecha a partir
de los jugos de la cocción. Dicen las malas lenguas que venden un
preparado en polvo al que solo hay que agregarle agua y calentarlo.
Estoy convencido de que son calumnias.
Otras salsas son la mostaza, salsa de
menta, confitura de grosella..
Todas estas cosas sabiamente
administradas, constituyen una delicia que todos deberíamos probar
alguna vez en la vida. Yo la disfruto todas las semanas el tiempo que
paso en Inglaterra.
Una de las cosas que hay que tener
presente es el punto de maduración de las carnes que hay en esta
país. Cuando vas a comprar tu pieza de carne, lleva una etiqueta en
la que consta el tiempo que ha estado en las cámaras, nunca inferior
a las tres semanas.
Lástima que en España la carne que
lleva más de dos o tres días en las estanterías es ya sospechosa,
lo que me obliga a encargar mis pedidos con tres semanas de
antelación.
Menos mal que ya vamos aprendiendo.
En los próximos días pondré la
receta.
4 comentarios:
Me has abierto el apetito con todo lo que nos cuentas, salvo con menta, me han gustado todas las opciones que has puesto, espero la receta impaciene.
Besicos
Soy de su misma opinión, en Inglaterra se come bien, aunque con hábitos y preparaciones que difieren con los nuestros.
Desde luego para el Rosbif bien rosadito en su interior con un aro exterior marcado por su permanencia en el horno.
Que disfrute de su estancia en Inglaterra.
Saludos
Aquí está la de las preguntas tontas.
¿Cuál es el secreto del punto en el rosbeef?
Quiero decir, cómo sabes cuándo se ha quedado SÓLO rosado por dentro y dorado por fuera.
Me encanta el rosbif y parientes españoles, me vuelve loca!
Espero tu receta, besos
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