Cocinar en recipientes de silicona dentro de un microondas (Que no es un horno, ni mucho menos, aunque nos empeñemos en ello) y guisar en ollas superrápidas al calor de cocinas de inducción tiene su encanto. Es veloz, limpio, silencioso y cómodo, sobre todo cómodo.
Cocinar, por ejemplo en horno es sencillísimo. Se enchufa a la red eléctrica, se aprieta el botón On-Off, se selcciona la fuente de calor (Arriba o abajo), el tiempo, la temperatura y....listo.
Peeero...., y este es mi caso, ¿Qué pasa cuando te traen un cordero entero y te dicen que tienes que hacerlo en horno de leña? Sí, sí, a la antigua....
Pues así fue. Me trajeron un corderito (Unos diez kilos en canal) para homenajear al inglés, que ha estado aquí unos cuantos días y me "aconsejaron" que sería conveniente hacerlo al horno de leña al estilo tradicional, al de toda la vida. Y servidor, que es muy complaciente, se avino a la demanda.
Colocar el cordero en fuentes, bandejas, rustideras o recipientes aptos para el fuego y restregarlo con sal. Poner un poco de agua en cada recipiente y ponerlos dentro del horno.
Este que veis, tardó una hora y veinte minutos en estar hecho. En su punto.
Eso sí, me aplaudieron hasta ruborizarme.



Por la mañana, visita al museo de la ciudad y compra de vino para renovar la bodega.
A unos ocho kilómetros, por una carretera infame, en Alcobertas, hay un dolmen. De los más grandes de la península, tiene la particularidad de estar convertido en capilla bajo la advocación de Sta. María Magdalena. Era la primera vez que oía hablar de dólmenes consagrados al culto cristiano, pero en Portugal existen dos más. A su lado se construyó la iglesia parroquial a la que se encuentra adosado y tiene acceso desde el interior de la misma.
El regreso lo hicimos casi sin darnos cuenta. Las dos terceras partes del camino son por autopistas.
