sábado, 30 de septiembre de 2017

MORCILLA VEGETAL.

     ¿A vosotros no os pasa que algo que os gusta mucho, pero mucho, os cae en el estómago como si os cayera desde veinte metros de altura?
     A mi me pasa con las morcillas: Será por los componentes (la sangre del animal), será el exceso de grasa, será por su elaboración, el caso es que me cae como un rayo en el estómago y no me alivian ni el bicarbonato de siempre ni los potingues modernos. Y lo peor es que se me nota, se me pone cara de haber comido morcilla.
     Hasta ahora el único recurso era apartarme del mal lo más lejos posible y evitar los bares en que homenajean con la tentadora tapa (obligatoria por estas latitudes) de una generosa rodaja de morcilla atravesada por un palillo de dientes.
     Ahora he aprendido a hacer este remedo que parece morcilla, sabe como morcilla y huele como morcilla (o mejor). He recogido la parte fundamental de la receta que me dieron y la he adaptado a mi gusto.
     Se hace tal que así:
       Necesitamos
       Una berenjena.
       Media cebolla.
       Medio pimiento verde.
       Medio pimiento rojo.
       Una guindilla. (O dos).
       Un chorrito de aceite de oliva.
       Orégano, tomillo, comino molido, pimienta, sal....
       Una cucharadita de tinta de calamar. (Olviden veganos estrictos).
           Extras.
           Arroz hervido... pedacitos de manzana.... piñones.... piña... menta o hierbabuena....

     Calentamos el horno a 180ºC e introducimos la berenjena hasta que esté muy tierna. Los sibaritas aprovechamos el rescoldo de la chimenea o el de la barbacoa para asar la berenjena envuelta en papel de aluminio.
     Cortamos la cebolla en pluma y los pimientos en tiras.
En una sartén con un chorrito de aceite salteamos la cebolla y los pimientos con una pizca de sal hasta que estén tiernos. Le quitamos la piel a la berenjena, la trituramos con un tenedor y la añadimos al guiso. Damos unas vueltas y rectificamos de sal, agregamos las especias según nuestros gustos y, por último, la cucharadita de tinta de calamar que le dará ese color negro brillante que le proporcionará el aspecto de verdadera morcilla.
     Ya está lista para untar el pan.
     Si queremos que se parezca a la de Burgos, se le añade arroz hervido.
     También se le pueden añadir pedacitos de manzana, cruda o confitada, o unos piñones y pedazos de piña. Una cucharada de hierbabuena picada, o de salsa inglesa de menta le dan un sabor excepecional.
     Bon appetit.


4 comentarios:

Tita dijo...

Vaya pinta!! apetece un montón
Besitos

Valdomicer dijo...

Tita:
¡Cuanto tiempo!
No dejes de probar. Se hace en un momento.

Mery dijo...

Verás cuando se enteren los de Burgos, se te va a caer el pelo. Como estamos en la capital un día de estos hago la receta.
Muy bien esta vuelta, conste.

Valdomicer dijo...

Mery:
Por favor, tu no digas nada a los de Burgos no vaya a ser que... No era esa mi intención.
Si vas a hacer el plato, te aconsejo los trocitos de manzana y unos piñones.