martes, 22 de febrero de 2011

CRÓNICAS DESDE INGLATERRA IV

No para de llover. En realidad no llueve, el agua no cae: Está. Según vas andando, la vas recogiendo, se te pega a la ropa y te empapa como si acabases de salir de la ducha vestido. Si llevas una gabardina o impermeable, el agua se condensa y te gotea en los pantalones, se te mete en los zapatos. El paraguas es un instrumento inútil, se moja lo mismo por dentro que por fuera merced al mismo problema de la condensación. Además, no corre una gota de aire.
No apetece salir a la calle y, de hacer turismo, hemos hablado bastante. Ni de broma.
Iremos al centro y seguiremos buscando la olla de cocción lenta. A la vuelta nos pasaremos por el "hiper" a comprar pan y ver si hay algún marisco para hacer una sopa para la cena.
Y es del hipermercado de lo voy a hablar hoy.
Repito: Yo, en Inglaterra, no soy turista, soy residente. Hago la compra en el super si es que quiero comer. El turista no pierde su tiempo entrando en estos sitios, aunque debería hacerlo.
En apariencia, todo es igual aquí que allí. En vez de llamarse Carrefur, Erosky, Mercadona, etc, se llaman Morrison, Asda, Tesco, Waitrose... También hay Lidl y Aldi, como en toda Europa.
Ya, antes de entrar, tienes la primera sorpresa cuando vas a coger el carrito (No, se conducen sin carné, no es eso). Tienes que elegir: Los hay grandes, pequeños, profundos, planos, con sillita para bebés (Con cinturón de seguridad, por supuesto), con sillitas para DOS bebés, adaptables a sillas de ruedas o a los carritos eléctricos para minusválidos. Aquí no andan con moneda fraccionaria, hay que meter una libra por la ranura si quieres coger uno.
En la antesala vas a encontrar un par de cajeros automáticos, un contenedor para las bolsas usadas y una máquina para cambio de moneda; pero al revés: La gente lleva bolsas llenas de monedas de valor inferior a veinte peniques, la máquina las cuenta y te devuelve esa cantidad en billetes (supongo que a cambio de alguna de las monedas).
Una vez dentro, lo primero que encuentras es el puesto de las flores, muchas, muchas flores, de todas clases y colores. Ahora te explicas qué era ese aro que tiene el carrito que cogiste en la entrada, es para poner el ramo. Así que antes de comprar las espinacas, los fideos, y esas cosas tan prosaicas, ya vas luciendo en el carrito tu ramito de caléndulas.
Busca el puesto del pescado, lo hay, seguro, lo difícil es dar con él. Es más pequeño que la mesa de tu cocina y en él encontrarás cuatro peces aburridos, sin brillo ninguno. No entiendo cómo, siendo esto una isla, no se coma apenas pescado. Y es que cuando lo ves, se te quitan las ganas.
En los isotermos o los congelados puedes encontrar algún mejillón, anillas de calamar, unas gambas ínfimas o langostinos en bandejas.
En cambio el pan ocupa varios estantes, te puedes perder al menor descuido. Hay cientos de panes, de todos los tamaños y variedades: Hay pan de cebolla, de ajo, de aceitunas, de las tres cosas juntas, de miel. Con semillas de girasol, de sésamo, de lino, de amapola. Hay panes de molde, de los que no son de molde, de trigo, blancos, o negros de centeno o avena. Hay baguettes, chapatas (ciabattas, le dicen aquí), pan pita, naam, tortitas de trigo o de maiz, de todo, junto con las ya consabidas, típicas e inevitables galletas de gengibre con forma de hombrecillo sonriente.
Otro elemento sorprendente es la cantidad de salsas y aliños que hay en los estantes: Korma, massalas, wasaby... salsas orientales: Chinas, japonesas, indias, paquistaníes... Occidentales: Mahonesas, piri-piri, napolitana, siciliana... y el inevitable ketchup en sus infinitas marcas que ocupa varios estantes para él solito.
Si estando aquí te duele la cabeza, tienes la garganta irritada o te has cogido un catarro, no acudas a la farmacia, entra en el primer super por el que pases y sírvete al gusto. El paracetamol, el ibuprofeno, las pastillas para la tos, los antisépticos, el ácido fólico o la ranitidina y un montón de productos más tienen sus estantes en estos establecimientos. Los hay que tienen su propia farmacia en el interior y pagas al pasar por caja.
No busques, en cambio, alcohol, no lo encontrarás en ningún sitio. Hasta los desodorantes y el aftersave se fabrican sin alcohol (Ignoro qué otras perversiones tendrán los ingleses).
Una novedad, desde la útima vez que estuve aquí: Se están imponiendo las cajas abiertas, para menos de veinte artículos en las que el cliente pasa éstos por el escáner y paga con su tarjeta, evitando colas.
Aquí no hay domingos, abren todos al público; pero cierran a las cuatro de la tarde. En toda ciudad de cierta importancia hay siempre al menos uno que permanece abierto las veinticuatro horas.

Por lo demás, todo igual.

14 comentarios:

ODRY dijo...

Nunca he estado en Inglaterra y este verano vamos a ir en nuestra autocaravana, así que no me pierdo ni una sola de sus crónicas, que tanto me están aclarando las dudas que pudiera tener, siga con ese lujo de detalles, si no le importa que me viene genial.

Un besazo

Juan Luis Corcobado Cartes dijo...

¿También se oye por los altavoces, como aquí (Mercadona hace un rato): «señorita Minerva, acuda a su caja»? :-)

Tita dijo...

Me encantan este tipo de post, describiendo otros mundos...Muy curioso, adivinar la forma de vida por los horarios y estantes de los supermercados.

Fijaté, que hasta se nota en los mercadonas de diferentes ciudades: los que hay en la playa, no tienen todo igual a lo que hay en el mío. O será que yo veo más cosas apetitosas en la playa....


Genial la descripción de la lluvia

Besos

Ana dijo...

Comprando con olor a flores, que gusto!!!

Anónimo dijo...

A mí, una cosa que me gustó mucho, en un ASDA grande, je, fue ver a una mujer con una mano de cartón gigantesca donde rezaba "caja libre" y te llamaba si veía que estabas haciendo cola (cosa también difícil, vaya, porque había una barbaridad de cajas). La empleada se ponía en el pasillo de las cajas de forma que desde donde estuvieras, la vieras y fueras a la caja que indicaba. Y sin pagarle un euro ni nada como a los gorrillas.

En la pescadería tienes razón; que cosa más triste y mala... Ahora, lo que más me gustaba de los establecimientos era el estante "reduced" donde, con cuatro perras, me llevaba cosas interesantes.

La de la tiza dijo...

¡Qué gran corresponsal se está perdiendo la prensa nacional!
Gracias por la descripción de la vida británica.

Zuli Gomez dijo...

lo bueno es que no tendras que oir la horrible cancion de "mercadoona,mercadooona"....genial el blog me lo apunto, un saludo....

zuligomez.blogspot.com

Pilar Abalorios dijo...

Siempre le paso tus recetas a mi santo, pero esta entrada con más motivo, acaba de encontrar su alma gemela, le encanta ir a comprar cuando salimos al extranjero e ir leyendote es como estar allí, un placer.

Besos sequitos.

elisa dijo...

Fabulosa descripción. Me ha encantado la variedad de carritos, lo de la lluvia insuperable.
Feliz estancia, a pesar de la lluvia encontrarás placer en lo cotidiano.
En Cáceres ya quiere oler a primavera.
un beso.

Pedro dijo...

Pues a mí me ha gustado lo de la máquina de cambios y lo de los panes, pero me ha decepcionado lo de los peces.
en cuanto el alcohol.... ¿Ley seca?
lo veo una chorrada si luego lo pueden comprar en otro establecimiento.
Un abrazo, figura.

Cruela DeVal dijo...

Conozco tan bien esa sensación de mojado sin lluvia, esa humedad que se mete pa dentro y te deja tiritando... ya sabes que soy belga..
me ha encantado la descripción de un súper british, en bélgica también hay flores, farmacia y panes y quesos a raudales... alcohol también hay menos mal
lo dicho un enviado especial de primera
Besos

La Casa Sin dijo...

Una gran descripción. Lo único con lo que no estoy de acuerdo es con el tema del alcohol !Hay pasillos enteros! Vinos blancos, tintos, rosados, espannoles, chilenos, argentinos, californianos, australianos, espumosos, cavas, sidras, cervezas de mil tipos, gin, rones, whisky, scoth, martini, vodkas... Y el pasillo de los aceites tammbién es digno de ver. ;)

Valdomicer dijo...

La Casa Sin:
Lamento haber sido malinterpretado. Me refería al alcohol, al de 90º o el de 96º. Al quirúgico, al de uso sanitario, el que utilizmos aquí para curar arañazos y desinfectar heridas.
En cuanto al vial de aceites, me podrás encontrar en cualquiera de ellos buscando aceites raros.
Un saludo.

La Casa Sin dijo...

Ah, sí, el alcohol lo retiraron porque la gente se lo bebía.