Una de las cocinas perdidas es la sefardí. Los judíos llegaron a la Península Ibérica acompañando las expediciones fenicias tras la destrucción, por parte de Nabucodonosor, del primer templo de Jerusalén .
Llamaron a estas tierras Sefarad y en la Biblia hay alusiones tanto a la tierra como a los judíos que habitaban en ella. Dicen que la plata que tenía el segundo templo, el de Salomón, procedía de aquí.
Para los árabes, la península se llamó "Al Andalus".
Durante siglos convivieron las tres culturas: Árabe, Judía y Cristiana. Prueba de ello fueron la escuela de traductores de Toledo y la institución trilingüe de Salamanca.
Los moriscos fueron expulsados sin piedad, los judíos que abrazaron la fe cristiana pudieron quedarse. Las alianzas se habían roto.
Los judíos tenían una cocina muy particular, enteramente mediterránea, de la que no queda, en la actualidad, nada o casi nada. El abandono y el olvido, ayudados por la Inquisición, pudieron más.
Hoy encontramos en las cocinas griega, armenia, israelí o turca platos que nos admiran y que eran habituales en las mesas de nuestros ancestros como son las dos recetas que pongo a continuación y que es habitual tomar juntas.
Falafel.
100 grs de garbanzos remojados.
1 huevo
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 cucharadita de cilantro fresco picado.
1 cucharadita rasa de comino molido.
1 cucharadita rasa de jengibre fresco rallado.
Ponemos los garbanzos a remojo durante toda la noche.
Conviene quitarles la piel, se machacan en un mortero y se añade el huevo.
Picamos la cebolla, los ajos, el genjibre y el cilantro y se lo agregamos al mortero, machacamos hasta conseguir una pasta.
Dejamos reposar un par de horas a temperatura ambiente.
Hacemos bolitas, las vamos pasando por harina, las aplastamos ligeramente y las freímos en aceite no muy caliente para que se hagan poco a poco.
Djadjik. (tzatziky o cacik)
1 pepino.
1 cebolla pequeña.
Un yogur griego.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 cucharadas de nata.
Una ramita de menta o hierbabuena fresca picada. También la he tomado con eneldo.
Pelamos el pepino dejando parte de la piel y quitándole todas las pepitas (dicen que así no repite) y lo rallamos con la parte gorda del rallador. Lo ponemos en un colador con un poquito de sal.
Rallamos la cebolla con la parte gorda del rallador. La ponemos en el colador, junto al pepino, con un poquito de sal. Dejamos reposar para que suelten la mayor cantidad de líquido posible.
En un bol echamos el yogur, la añadimos el aceite y batimos con un tenedor para formar una especie de mahonesa, le agregamos la nata y seguimos mezclando. Picamos las hojas de menta y las añadimos al bol junto al pepino y la cebolla. Mezclamos y rectificamos de sal.
Esta ensalada es ideal para acompañar a las barbacoas y carnes a la brasa.
Para los árabes, la península se llamó "Al Andalus".
Durante siglos convivieron las tres culturas: Árabe, Judía y Cristiana. Prueba de ello fueron la escuela de traductores de Toledo y la institución trilingüe de Salamanca.
Los moriscos fueron expulsados sin piedad, los judíos que abrazaron la fe cristiana pudieron quedarse. Las alianzas se habían roto.
Los judíos tenían una cocina muy particular, enteramente mediterránea, de la que no queda, en la actualidad, nada o casi nada. El abandono y el olvido, ayudados por la Inquisición, pudieron más.
Hoy encontramos en las cocinas griega, armenia, israelí o turca platos que nos admiran y que eran habituales en las mesas de nuestros ancestros como son las dos recetas que pongo a continuación y que es habitual tomar juntas.
Falafel.
100 grs de garbanzos remojados.
1 huevo
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 cucharadita de cilantro fresco picado.
1 cucharadita rasa de comino molido.
1 cucharadita rasa de jengibre fresco rallado.
Ponemos los garbanzos a remojo durante toda la noche.
Conviene quitarles la piel, se machacan en un mortero y se añade el huevo.
Picamos la cebolla, los ajos, el genjibre y el cilantro y se lo agregamos al mortero, machacamos hasta conseguir una pasta.
Dejamos reposar un par de horas a temperatura ambiente.
Hacemos bolitas, las vamos pasando por harina, las aplastamos ligeramente y las freímos en aceite no muy caliente para que se hagan poco a poco.
Djadjik. (tzatziky o cacik)
1 pepino.
1 cebolla pequeña.
Un yogur griego.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 cucharadas de nata.
Una ramita de menta o hierbabuena fresca picada. También la he tomado con eneldo.
Pelamos el pepino dejando parte de la piel y quitándole todas las pepitas (dicen que así no repite) y lo rallamos con la parte gorda del rallador. Lo ponemos en un colador con un poquito de sal.
Rallamos la cebolla con la parte gorda del rallador. La ponemos en el colador, junto al pepino, con un poquito de sal. Dejamos reposar para que suelten la mayor cantidad de líquido posible.
En un bol echamos el yogur, la añadimos el aceite y batimos con un tenedor para formar una especie de mahonesa, le agregamos la nata y seguimos mezclando. Picamos las hojas de menta y las añadimos al bol junto al pepino y la cebolla. Mezclamos y rectificamos de sal.
Esta ensalada es ideal para acompañar a las barbacoas y carnes a la brasa.