miércoles, 27 de febrero de 2013

PECHUGAS DE POLLO A LA PIZZAIOLA.

No voy a justificarme. ¿Pá qué? O publico hoy o se me va el mes sin decir ni pío.
Así que, ahí va, receta a palo seco.
Se llama "pechugas de pollo al´la pizzaiola". Y para hacerla vamos a necesitar:
1 Kg. de pechugas de pollo cortadas en filetes.
1 cucharada sopera de orégano.
Queso rallado.
Salsa de tomate.
1/2 kilo de tomate.
1/4 de cebolla.
1/2 Pimiento rojo.
1 diente de ajo.
3 cucharadas de aceite de oliva.
Un toque de cayena, sal.
Pelar y despepitar el tomate. Cortar el resto de los ingredientes de la salsa y preparar con ellos una tomatada.
En una sartén amplia y plana y que disponga de tapadera (imprescindible la tapadera), con una gota de aceite, ir haciendo los filetes de pechuga por tandas hasta que estén dorados.
Tienen que estar en su punto ya que no se van a cocinar más.
Colocarlos en la sartén de modo que solo ocupen una capa aunque haya que solaparlos ligeramente. Tienen que estar muy calientes. Verter por encima, cubriéndolos, la salsa de tomate. Esparcir el orégano y cubrir a continuación, con el queso rallado. Apagar el fuego, tapar y dejar que el queso se funda con el calor residual.
Es una receta que se hace en pocos minutos y el resultado es espectacular.

viernes, 22 de febrero de 2013

PROGRAMA VI. (22/02/13)

El programa de hoy en SER Cáceres.
Dedicado hoy a la soja.
http://www.youtube.com/watch?v=fMikR8udR3A

jueves, 14 de febrero de 2013

BUÑUELOS DE ORTIGA.

Digo y mantengo que la cocina española tiene tres procedencias. A saber: El palacio, el convento y el chozo.
Del primero procede el lujo, la ostentación, el dispendio... el banquete.
El tercero es el origen de la comida pastoril, del gazpacho, del potaje, del frite y de la caldereta. De la "cuchará y paso atrás". De comer, navaja en ristre, usando un mendrugo como plato, pedazo de tocino adobado, buen embutido o un queso bien curado.
Y es el segundo, el convento, el que ha dado lugar a la cocina que disfrutamos actualmente. No a la cocina del restaurante de moda, sino a la doméstica, a la nuestra, a la cotidiana. A la hecha a fuego lento, en la cazuela desportillada por los años, al puchero que conserva el regusto de todos los guisos.
Es el que ha dado lugar a la cocina culta, la elaborada, la que se encuentra en lo más alto del arte culinario.
Tenemos en Extremadura tres espejos en que mirarnos, son los conventos de Yuste y de Guadalupe de los Jerónimos y el de Alcántara, de los Benedictinos.
De la cocina del de Yuste fue principal beneficiado el Emperador Carlos, el más glotón de cuantos monarcas haya tenido este país.
Dicen las malas lenguas que el recetario de Alcántara fue sustraído por el general Junot durante la Guerra de la Independencia, para dárselo como regalo a su esposa, la Duquesa de Abrantes, y que la sofisticación de la cocina francesa tiene su origen en ese recetario.
La cosa es poco creíble. Lo más probable es que dichos documentos fuesen utilizados para atacar los fusiles de avancarga que portaban los soldados franceses.
Lo que no tiene discusión es que en dicho recetario estaban los "consumidos" o "consumados" de gallina, que utilizaban mantequilla (en vez de manteca de cerdo), para cocinar y que producían unos exquisitos hígados de oca o de pato sin sobealimentación de las aves (dicho sea de paso).
Conocían y utilizaban la trufa y otras muchas exquisiteces siendo la cumbre de esta cocina los famosos faisanes y las perdices a la moda de Alcántara.
Del monasterio de Guadalupe, sabemos que tenía una hospedería al mando de la que se encontraba el hermano cocinero y que había de dar sustento a los miles de peregrinos que por allí pasaban y a toda la población de la comarca que dependía de este monasterio.
Del recetario de Guadalupe saco este platillo que tiene tanto de humilde como de espectacular. Son los buñuelos de ortigas.
Voy a transcribir la receta literalmente, como consta en el recetario.
2 Kg. de ortigas.
100 g. de harina.
4 huevos.
4 dientes de ajo.
4 cucharadas de nata líquida.
1/3 l.  de cerveza. (Es una exageración. Con un chorro es suficiente).
pimienta blanca molida, nuez moscada, perejil, agua y sal.
Aceite de oliva para freir.
PREPARACIÓN
Se limpian las ortigas y se pasan por agua fría. A continuación se escaldan en agua con sal, de deshojan y se hacen bolitas pequeñas.
Aparte se hace una masa de Orly con los huevos, la harina, la cerveza, la nata líquida, el aceite, la sal, la pimienta molida, la nuez moscada, los ajos y el perejil machacados.
Se introducen en ella las bolas de ortiga, procurando que queden bien envueltas y se frien en abundante aceite.
Nota: Estos buñuelos se sirven como entrada o aperitivo y son un excelente ejemplo de aprovechamiento de productos silvestres.
Supongo que tienen que ir estupendamente como repápalos salados en alguna sopa y tengo que prepararlos en escabeche, a ver qué tal.

viernes, 8 de febrero de 2013

PROGRAMA IV (8/2/13). ENSALADAS.

Gastronomía en Hoy por hoy Cáceres. Programa nº 4 (8/2/13) dedicado a las ensaladas.
http://goo.gl/5TD3g