jueves, 31 de mayo de 2012

VERMÚ.

Se lo conoció como "vino hipocrático" ya que se le atribuye a Hipócrates su invención.
Es, en definitiva, un vino añadido a una infusión de hierbas amargas, entre las que predomina el ajenjo. Fue utilizado en principio con fines medicinales. En el S. XVIII se empieza a fabricar en plan industrial y hoy se ha extendido tanto que hay un momento del día (sobre todo si es festivo) conocido como "la hora del vermú".
Italia, Francia y España son sus principales fabricantes y consumidores y dicen que muy pocas personas conocen el verdadero secreto de su receta.
Recuerdo la divertida película "El secreto de Santa Vittoria" interpretada por el gran Anthony Quinn,  por Anna Magnani y ¡Ay! Virna Lisi y dirigida por  Stanley Kramer, en la que el verdadero protagonista es el Vermú.
El "Mezclado, no agitado" -para no salir del ámbito cinematográfico- de 007 ha dado lugar al más famoso cóctel del mundo, el Martini, si obviamos el Bloody Mary (O el cateto Manhattan, a base de vermú rojo, wisky americano y angostura).
Hasta la popular sangría o el humilde tinto de verano mejoran sensiblememte cuando se le agregan un chorrito de vermú.
No es muy frecuente en la cocina. Hay quien se queja de que queda un regusto amargo no demasiado agradable, cosa que yo niego rotundamente.
A mi hija le encanta que le prepare las pechugas de pollo o los escalopes de ternera al vermú, así que hoy, dos recetas aunque básicamente sea la misma ya que solamente varía uno se sus ingredientes.
Rollitos de ternera al vermú:
Escalopines de ternera cortados lo más fino posible.
Tantas lonchas de jamón como escalopines.
Lo mismo de queso en lonchas.
Un buen vaso de vermú.
Nata, aceite de oliva y sal.
Como los escalopines no van a ser lo suficientemente finos (si lo sabré yo), los colocamos entre dos láminas de papel transparente de cocina y los estiramos a pequeños golpes.
Los vamos rellenando primero con una loncha de jamón y después con el queso (del que podemos prescindir tranquilamente). Enrollamos y sujetamos con un palillo de dientes.
En la cazuela dónde los vayamos a guisar, echamos un chorrito de aceite y vamos "marcando" los rollitos  por todos los lados.
Los colocamos estratégicamente el la cazuela y cubrimos con el vermú, salamos y cocemos hasta que estén a nuestro gusto. Los sacamos y reservamos al calor. Echamos un chorro de nata en la salsa y la ligamos con las varillas.
Volvemos a colocar los rollitos y le damos un ligero hervor.
Se pueden cambiar los escalopines de ternera por filetitos de pechuga de pollo.
Roti de pollo al vermú:
En mi caso prefiero encargárselos a mi carnicero porque, no sé qué le hace; pero no se le sale el relleno.
Se deshuesan unos contramuslos de pollo y se rellenan según la receta anterior, se enrollan y se meten en una malla (ese debe ser el secreto) o se bridan habilmente.
Se siguen los pasos de la anterior receta pero el la grasa que queda en la cazuela, sofreímos una cebolla muy picada, le echamos el vermú y dejamos reducir. Es entonces cuando colocamos los rollitos de pollo y dejamos cocer hasta que estén tiernos.
Este domingo hacéis una de las recetas. La otra, para la semana que viene.

lunes, 21 de mayo de 2012

VACACIONES DEL IMSERSO PARA TODOS.

Sacad los pañuelos y enjugad mis lágrimas. ¡Qué desgraciaíto soy!
Regresamos de Inglaterra el domingo día 6.
Salvando alguna anécdota digna de mención en otra ocasión, llegamos a casa a la 1 de la noche después de 11 horas de viaje en el que, la mayor parte del tiempo lo pasamos en los aeropuertos.
El martes, día 8, a las 10 de la mañana, partíamos rumbo al Algarve en un viaje programado del IMSERSO, que merecida o no, uno se ha ganado su jubilación y el derecho a participar en esos viajes de fuera de temporada turística para hacer bulto. Textualmente: "Programa de Vacaciones para Mayores y para el Mantenimiento del Empleo en las Zonas Turísticas". (sic) O sea, como suena.
Participábamos este año por la oferta que había de viajes al Algarve portugués, única que nos resultaba atractiva. Participar en este viaje requería inscripción previa, cosa que hicimos en tiempo y forma. En los primeros días de Octubre, se nos comunica que nos encontramos en lista de espera por si surgía alguna renuncia. Nos pasmos por nuestra agencia de viajes y, en aquel momento, no las había, por la que escogimos un viaje a Mallorca para el mes de febrero. Tuvimos suerte y disfrutamos de la primera nevada del milenio en aquellas latitudes. Hacer fotos de las playas nevadas en Mallorca tiene su mérito.
Días después recibimos llamada telefónica de la agencia comunicándonos una baja, y que si estábamos tempranito en la oficina, tendríamos la posibilidad de ir.
Firmado. Hotel Inatel, Albufeira, salida 8 de mayo, 179 € por persona.
Así que teníamos programado nuestro viaje a Inglaterra para estar con nuestros hijos en función de las vacaciones del Imserso. Regresamos -decía- de Inglaterra el 7 de madrugada y a media mañana me llaman de la agencia de viajes: Se ha anulado la estancia en Albufeira y se ha cambiado por hotel Navegadores en Monte Gordo.
Según las condiciones firmadas, estos viajes están sujetos a la misma legislación que todos los demás, por lo que no se pueden hacer dichos cambios salvo caso de fuerza mayor (a lo que no había lugar) por lo que propuse anular el viaje.
"No puede ser"- me respondieron- "Ya no hay tiempo para encontrar un sustituto. Si no quiere ir, perderá también el dinero".
Con las maletas hechas la ilusión del viaje y, a menos de veinticuatro horas de la partida, te resignas y te dices que ya te quejarás "donde proceda" al regreso.
Un autocar y un minibús llenos de abueletes salimos rumbo a nuestro nuevo destino. En la estación hay dudas ya que muchos no habían sido advertidos del cambio y están a punto de perder el viaje ya que esperan ser llamados para otro lugar. Cabreados y resignados a la vez arribamos al hotel "Navegadores" de Montegordo.
Es una mole de los años sesenta que se le está cayendo a pedazos: La fachada está llena de desconchones, no se ha pintado en muchos años. La instalación de aire acondicinado ha perdido su protección externa y se encuentra al aire libre, la zona que debía ser ajardinada está totalmente abandonada, sucia y cubierta por los restos de la pintura de la fachada que han caído al suelo y nadie se ha encargado de recogerlos. No tiene Wifi; los clientes que han traído sus portátiles, se encuentran incomunicados (dos días después, lo ofrecen por la módica cantidad de 4,50 € diarios). Los ordenadores tienen el cartel de "avariado" así como uno de los dos ascensores. Cobran 0,50 € por pedir un taxi. A uno de mis compañeros que viajaba solo le cobran 54 € de suplemento por una habitación individual. Subimos a la habitación y recorremos unos pasillos cuya moqueta parece no haber sido limpiada jamás. La puerta de la habitación tiene el número pintado con rotulador sobre la madera. Dentro de la habitación solamente hay un enchufe. La moqueta está sucísima y el único sitio para sentarse, una especie de módulo de sofá de los años ´70, presenta tantas manchas y desteñidos que mejor no arrimarse. En el baño, las toallas están limpias, cosa que no volveríamos a ver en toda la semana. No es que estuviesen sucias (que lo estaban) es que estaban mal lavadas. El cambio de toallas eran de habitación: las mías iban a la habitación siguiente y a mi me ponían las de la anterior. Los grifos se movían a poco que los tocases como se mueve el manillar de una bicicleta. La alcachofa de la ducha no puede sujetarse en el soporte alto; entra más agua en la bañera de la que es capaz de salir por el sumidero, si te descuidas, te llega el agua a las rodillas. Las juntas de las plaquetas están sucias las aristas de los sanitarios están llenas de suciedad.
En el comedor nos ha asignado sitio permanente. Debemos ocupar siempre los mismos lugares en la mesa. La comida es horrible, me recuerda a los cuarteles (o peor aún, a los campamentos de la OJE). La gente hace cola con su plato en la mano para que le sirvan el pescado o la carne. Lo que ha sobrado a medio día lo vuelven a poner para la cena. Una "salada de fijoao frade" (carillas), ha estado presente en cinco comidas seguidas y el puré de la sexta, tenía un sospechoso sabor a judías. Algunos artículos se acaban y no los reponen, un día se acaban las pechugas de pollo y al día siguiente no hay pescado para todo el mundo. Los últimos días, decidimos comer en la calle.
Ha sido la primera vez en mi vida que he deseado que terminen unas vacaciones. Vamos a poner las correspondientes denuncias ante el IMSERSO en primera instancia.
Ya nos hemos quejado en la agencia de viajes y estamos a la espera de información sobre los derechos que nos asisten y reclamarlos, no por lo que respecta a nosotros, que la cosa ya no tiene remedio (o tal vez si) sino porque esto no le suceda a nadie más. Aunque vete tu a saber si con esto de los recortes, no dan por terminado el "Programa de Vacaciones para Mayores y para el Mantenimiento del Empleo en las Zonas Turísticas".


 He puesto algunas fotos aquí: http://goo.gl/yUU3l

viernes, 18 de mayo de 2012

CARPACCIO DE LANGOSTINOS.

Ando redactando las crónicas del peor viaje de nuestras vidas.
Mientras tanto -esto pretende ser un blog de gastronomía- voy a ver si os sugiero una recetita única para una buena tapa. Ya la dejé asomar en Facebook hace un par de meses con la promesa de su publicación en el blog.
Lo titulo "carpaccio", aunque sería más preciso llamarlo "cebiche" por tratarse de un marisco y por utilizar el ácido de los cítricos para el marinado. En todo caso se trata de una simple tapa y no de un plato de fondo.
Se están extendiendo las alergias por el anisakis, por lo que recomiendo congelar cualquier pescado o marisco que se pretenda comer crudo. En este caso el consejo sobra, ya que los langostinos eran congelados (y traídos de Portugal). Dicen.... que es debido a la moda de la cocina japonesa, aunque nuestra tradición de los boquerones en vinagre o las ostras crudas, o las conchas finas.... no son del todo ajenas a este problema. Y me fastidia, porque yo disfruto con ellas.
Bueno; pues esta es una de esas tapas que tardan más tiempo en ser elaboradas que en consumirse, y merecen la pena:
Descongelar los langostinos lentamente durante toda la noche. Deben ser langostinos grandes, hermosos. Quitarles la cáscara, la cabeza y la tripa.
Con un cuchillo bien afilado hacer láminas lo más finas posible.
Cubrir con jugo de lima y dejar reposar diez minutos o hasta que el tono transparente habitual, se torne blanco y el exterior tome reflejos anaranjados. (Vamos, cuando estén "cocidos")
Secar con papel de cocina o con un paño e ir colocando los filetitos en un plato o en una bandeja, regar con un chorrito de aceite de oliva, un poquito de vinagre de Módena y un cebollino muy picado.
Unas escamas de sal Maldón y listo para comer.
Se trata de disfrutar de otro sabor y otra textura; pero con el regusto de los langostinos de siempre.
No os los perdáis.

jueves, 3 de mayo de 2012

CRÓNICAS DESDE INGLATERRA XII.


Ayer fue día movidito.
Tocaba día de compras: Ver escaparates, remover estanterías y expositores, cargar bolsas y más bolsas, gastar suela y desgastar Visa.
Nuestra nieta va a tener ropa hasta que vaya a la universidad.
Cumplidas nuestras obligaciones, entramos en un pub de la cadena “La lechuga y la babosa” a los que ya he hecho referencia en alguna otra ocasión. El de Worcester tiene la particularidad de estar ubicado en lo que en otros tiempos fue una iglesia de la que no queda constancia del santo al que se veneraba y en que hoy se le da culto a santa cerveza bendita. (Por las tardes sirven mojitos).
Se trata de uno de esos templos de estilo neoclásico o georgiano, con pórtico de arco de medio punto y dos enormes columnas que lo flanquean.
En su interior, las clásicas tres naves. Las laterales cubiertas por unas prolongaciones del coro y la central deja ver la altísima bóveda.
En los muros amplias ventanas y alredor del ábside aún se conservan las vidrieras.
Del techo cuelgan unas enormes lámparas cuya luz proviene de un conjunto de leds de varios colores que producen un efecto parecido al de la luz que entra por las vidrieras de las catedrales góticas. El ábside y los que fuera el altar mayor están reservados para los camareros; pero las naves y el coro están ocupadas por las mesas para la clientela.
Los servicios higiénicos están en lo que fuera el atrio en otros tiempos.
Tiene su morbo eso de subirse al coro a tomar pintas o, como en nuestro caso, ocupar el sitio justo debajo del púlpito. No obstante, por lo que tiene de irreverente y de transgresor, eso de, con perdón, mear en el atrio......
Decidimos hacer el regreso hacia los aparcamientos dando un pequeño rodeo por el paseo de la orilla del río, Es un poco más largo pero no hay semáforos ni coches.
Cuando llegamos, el paseo había desaparecido. El río bajaba desbordado inundando las partes más bajas. Del paseo sólo asomaban por encima de las aguas las copas de los árboles. Calculo que la crecida debe andar por los cuatro o cinco metros.
Leo en la prensa que las inundaciones están generalizadas por todo el país, hablan del cambio climático como responsable. No parece que el panorama vaya a mejorar en los próximos días, hoy no para de llover.
Mejor ni salir de casa.