martes, 31 de mayo de 2011

ENSALADA DE ALUBIAS.

Estamos acostumbrados a considerar como ensaladas solamente aquellas que llevan hortalizas o verduras crudas. Por eso cuando la ensalada que se propone es de legumbres provoca ciertos recelos, no sé si por el guiso en frío o porque las legumbres las concebimos como platos calientes y consistentes.
Esta ensalada la evoco como un recuerdo de mi niñez, cuando mi madre la preparaba para darnos un plato completo y refrescante.
Y es bien simple:
Un tarro de judías cocidas.
Un trozo de pimiento verde.
Un trozo de cebolla o cebolleta fresca.
Una cucharada de mostaza.
Una cucharada de vinagre.
Cuatro cucharadas de aceite de oliva.
La judías se lavan  y se dejan escurrir en un colador.
Se cortan las verduras en una brunoise finita.
Con el aceite, el vinagre y la mostaza se hace la vinagreta a la que se añaden las verduritas, se mezclan, a continuación, con las judías y ya está listo el plato.
A mí me funciona perfectamente como un plato de recurso  ya que se prepara en cinco minutos.

domingo, 29 de mayo de 2011

AMIGOS PARA SIEMPRE.

Ya no es noticia que cuatro blogueros se reúnan para tomar unas tapas; pero si alguien se ha hecho setecientos kilómetros, hay que alabárselo.
Y eso ha sido lo que ha pasado: Laura ha venido desde Murcia, con la disculpa de la exposición, a conocer Cáceres y ver el Parque Nacional de Monfragüe.
Ha coincidido con las ferias y su viaje ha tenido el añadido de disfrutar de unas tapitas en la caseta del Ateneo.
Por la tarde, visita a la ciudad monumental, charla en "El corral de las cigüeñas", y tapas en "Torre de Sande" y "Las caballerizas".
Y saludarnos y conocernos. Yo no conocía todavía a Rosana (Holly, aprendiendo a cocinar), que hace poco que vive en Cáceres y Laura no nos conocía a ninguno. Desde ahora: Amigos para siempre.
Laura Fillol "Tentaciones", Un servidor, Rosana Domínguez "Aprendiendo a cocinar"
El albondigón de buey. (Torre de Sande)
El pan pita relleno de frite de cordero. (Torre de Sande)
Las carrilleras con torta del Casar. (Torre de Sande)

miércoles, 25 de mayo de 2011

ENSALADA DE GARBANZOS CON PESTO DE HIERBABUENA.

Quienes me hayáis leído esto antes, diréis, con razón, que me repito.
Hace un par de años (o tres) me pusieron en Londres, para acompañar un plato de pasta, un pesto de brécol que me resultó sorprendente.
Como siempre, me informé al respecto y teóricamente, no hay nada que objetar. El término "pesto" quiere decir "machacado". por otra parte, el pesto rojo o pesto siciliano, no lleva albahaca, sino tomates secos, todo lo demás, igual.

Tras sesudas conversaciones con Mary Paz, llegamos a la conclusión que no sería descabellado intentar un pesto con una hierba más nuestra, la hierbabuena y en vez de piñones, podríamos ponerle nueces y, como ya se va apeteciendo, hice una ensalada de garbanzos y otras verduras al pesto.
Ingredientes:
Un tarro de garbanzos cocidos.
Un puñado de judías verdes.
Una zanahoria.
Unos rabanitos.
Para el pesto:
Media tacita de hojas de hierbabuena.
Una cucharada de nueces peladas.
Media tacita de queso de mahón (que se me había pasado). O parmesano, o granna padano.
Un diente de ajo de buen tamaño.
sal.
Un toque de pimienta negra.
Aceite de oliva.
Elaboración:
Lavar a conciencia los garbanzos y depositarlos en un bol.
Cortar y hervir la judías durante 10 a 12 minutos.
Cortar la zanahoria en láminas y después en bastoncitos.
Juntar con los garbanzos y mezclar.
Triturar (O majar en el mortero) los ingredientes del pesto excepto el aceite. Cuando se haya reducido a una pasta homogénea, agregar el aceite hasta formar una pasta más bien ligerita.
Se añade al bol y se remueve.
Se deja reposar en la nevera. Se adorna con los rabanitos antes de servir.
La primera vez que la preparé, me pasé con la hierbabuena, que tiene un sabor mas intenso que la albahaca.
Queda una ensalada muy fresquita y llena bastante, por lo que hay que ser moderados en la cantidad a servir.
Y si os animáis, a ver que tal os queda el pesto de brécol.

sábado, 21 de mayo de 2011

ALMEJAS À BULHÃO PATO.

Estoy siguiendo con mucho interés un proyecto portugués para determinar cuáles son las siete maravillas de la cocina portuguesa. A día de hoy, se han seleccionado veintiún platos. Entre ellos, algunos incuestionables, como los pasteles de Belem, la sopa de piedra o éste del que voy a hablar.
Otros se han caído y,  a mi modesto entender, son verdaderas joyas, como el cabrito estonado de Oleiros o el bacalhao à Bras o bacalhao dourado, que de las dos formas se lo denomina.
Cuando vayáis a Lisboa, en toda la costa y en todo Portugal, en general, os ofrecerán las "Almejas (aimèjoas) à Bulhão Pato".
Deduje, equivocadamente, la primara vez que las vi, que "bulhão" estaría asociado a "hervido", por aquello de la ebullición y lo dí por sentado. Así que el nombre del plato sería "almejas hervidas a lo pato".
El año pasado, buscando aparcamiento en Monte de Caparica, dónde vivió mi hija cerca de un año, al sur de Lisboa, al tomar nota de la calle (para saber dónde había dejado el coche), ví ¡Oh, sopresa! que se llamaba Rùa de Raimundo António de Bulhão Pato.
¡Ah, caramba! La cosa cambia. Las almejas à Bulhão Pato son algo así como los canelones Rossini; pero en bivalbos.
Púseme a investigar y descubrí que Raimundo António de Bulhão Pato había nacido en España, en Bilbao, en 1828 y que murió en Monte de Caparica en 1912. Hijo de portugueses, salió de España huyendo de las guerras carlistas y se crió en Lisboa, siendo una de las figuras más destacadas del romanticismo portugués, considerado más que romántico ultra-romántico. Escribió ensayo, historia y poesía. Tradujo al portugués gran parte de la obra de Shakespeare y de autores románticos españoles.
Pero.... era un gran cocinero.
Creó, entre otra muchas recetas, unas "Perdices a la castellana" y un "Mero à Bulhão Pato"; pero su plato más famoso, las "Almejas à Bulhão Pato", no son creación suya, sino un homenaje de un amigo también cocinero.

Ya digo, es un plato tradicinal de la cocina portuguesa en el que solo entran cinco ingredientes: Almejas, aceite de oliva, ajos, limón y cilantro (mucho cilantro). He consultado muchos recetarios y, en algunos de ellos, le añaden también un chorrito de vino blanco.
Se lavan las almejas y se ponen en un bol con agua fría y sal durante al menos dos horas. Se pelan los ajos y se cortan en rodajas finitas. En una cazuela con el fondo cubierto de aceite, se echan los ajos y, a continuación, el cilantro picado. Cuando se doren, se echan las almejas, sal al gusto, el jugo del limón y se tapa la cazuela. A medida que vayan abriendo se van sacando y reservando al calor. Desechar las que no abran.
Se deja que reduzca el caldo durante, por lo menos, dos minutos. Que quede espesito. (Es perfectamente legítimo ayudarse de una cucharadita de espesante).
Se vierte por encima de las almejas y se sirve inmediatamente.

viernes, 20 de mayo de 2011

REPORTAJE SOBRE LA EXPOSICIÓN.

Rafa Prades ha realizado un magnífico reportaje sobre la exposición "Comer con los ojos".
No os lo perdáis.



http://www.youtube.com/watch?v=MffryLZEab0&feature=share

miércoles, 18 de mayo de 2011

INAUGURADA LA EXPOSICIÓN "COMER CON LOS OJOS"

Ha sido demasiado para un solo día.
Ya está inaugurada la exposición. Han asistido alrededor de sesenta o setenta personas que después de comer con los ojos, se han puesto las botas con las delicias que han presentado los miembros de la Sección de Gastronomía.
Mañana, más despejado, lo contaré todo mejor y, hasta podré poner alguna foto.
De momento, podéis contemplar las fotos expuestas para "Comer con los ojos", que, a decir de los expertos, no engorda.
Besazos.
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=208698902503030&set=a.208697422503178.52958.100000887659431&type=1&theater
Veréis qué maravillas.

martes, 17 de mayo de 2011

COMER CON LOS OJOS.

El próximo miércoles, dia 18 de Mayo se inaugura en el Ateneo de Cáceres, organizada por la Sección de Gastronomía, patrocinada por el Ateneo y La Asamblea de Extremadura, la Exposición "Comer con los ojos".
En ella se exhiben 30 fotografías y dos recetas ilustradas realizadas por blogueros gastonómicos de toda España.
Habrá, también, varios objetos relacionados con la gastronomía: Libros, recetarios, cacharros de cocina, manteles, etc. Como pieza interesante, un ejemplar de la primera olla exprés del mundo.

El mayor y más completo recetario de cocina que hay en el mundo está, hoy por hoy, en Internet. Amas de casa, cocinillas, mandilones, gastrónomos, gourmets, gourmants y una tribu de aficionados inundan la red con sus recetas editadas en redes sociales, páginas web y blogs.

Las recetas van siempre acompañadas de fotografías del plato ya concluído y presentado. En ocasiones esas fotografías son de extraordinaria calidad. Aquí hemos intentado hacer una pequeña recopilación de las mejores que conocemos y las exponemos para que el espectador pueda "Comer con los ojos".
Quizás sin querer, estamos dando lugar a un nuevo género en el campo de las artes plásticas: La gastrofotografía.




viernes, 13 de mayo de 2011

FILETES DE ROMERÍA AL ESTILO DE MI PUEBLO.

Este es el mes de las romerías.
Cada pueblo tiene un santo al que venerar y el domingo correspondiente montan sus carretas (o el remolque del tractor, que ya carretas casi no quedan) con flores de papel y se marchan tan contentos al prado que rodea la ermita con sus cestas, sus manteles de cuadros y sus botas de vino.
Eso aquí, que los americanos de EEUU, como no veneran santos ni tienen ermitas, se van a Sentralpar en niuyor con sus cestas de mimbre y sus manteles de cuadros; pero ellos no le dicen romería, lo llaman "Pic-Nic", van en bicicletas y beben cocacola. Hacen bien, vista la calidad de los vinos americanos.
Extendido el mantel de cuadros  encima de un hormiguero, rodeado de espinos, zarzales, cardos borriqueros, boñigas de vaca y todas esas bellezas bucólicas de las que prescindimos, tontamente, el resto del año, sacamos de la cesta toda clase de viandas, comida en frio, que se llama: Pan de hogaza, hornazos, empanadillas de bonito, chorizos, salchichones, patateras, morcillas, butifarras... y las inevitables chuletillas de cordero empanadas. ¡Ah! y la bota de vino.
¿A que si?
Pues en mi pueblo no llevamos las chuletillas, llevamos los "filetes de romería", que viene a ser lo mismo pero sin palito.
Los hacemos tal que así:
Le pedimos al carnicero que nos corte unos filetitos de magro de cerdo lo más finitos que sea capaz.
Luego, en casa, machacamos unos dientes de ajo con sal, le añadimos una cucharadita de cominos y otra de pimentón dulce y lo desleímos con un chorrito de vino blanco. Vamos colocando los filetes por capas en un recipiente de paredes altas, salamos ligeramente y regamos con una buena ración del "machao", colocamos otra capa de carne y repetimos la operación hasta que se nos acabe la carne. Si quedare algo del "machao", lo vertemos por encima.
Reservamos en lugar fresco un mínimo de dos horas.
En una sartén echamos suficiente cantidad de aceite de oliva. Mientras se calienta, vamos sacando los filetes, los secamos con papel de cocina para que no tengan humedad y los vamos pasando por harina y huevo batido. Los freímos hasta que estén doraditos. Los sacamos y los ponemos sobre papel absorvente para retirarles el exceso de aceite. Los metemos en una fiambrera y ¡P´á la ermita!.
En el caso harto improbable de que sobrase alguno, quedan deliciosos en el bocata del niño para el recreo o para el tentempié de las once en la oficina, en serio.
Lo que ya no sería oportuno es llevarse también la bota del vino.

lunes, 9 de mayo de 2011

HUEVOS ROTOS.

Llevo tres semanas de trabajo exhaustivo, sin tiempo para parar a "liar un cigarro", que diría mi abuelo.
Os tengo descuidados, no contesto vuestros comentarios, no entro a leer vuestros blogs, no tengo tiempo para nada.
La exposición en el Ateneo está resultando más complicada de lo que me imaginaba. Me llamaron de Telextremadura para grabar un programa y, pese que intenté resistirme y renunciar a mis warholianos quince minutos de gloria, la insitencia de los periodistas me hizo claudicar. Podéis ver el programa AQUÍ; pero no os lo recomiendo.
He tenido que impartir una charla en la Sección de Gastronomía del Ateneo sobre -La de la tiza me mata- "Secretos del microondas".
Ona ha estado muy malita, creímos que se nos iba. Estaba preñada y, como tardaba en parir, fuimos a ver a Sonia y Julia, las veterinarias compañeras de promoción de nuestro hijo, que tienen una clínica en Moctezuma. Menos mal. La pobre Ona tenía una torsión en el útero que le impedía el parto, casi cuatro horas de quirófano para extirparle la matriz. Está viva de milagro, buscando a sus cachorros, porque ella cree que ha parido, la pobre.
También ha estado lo de la ITV, lo de los toldos, la presentación de los programas electorales de los aspirantes a la alcadía (en el Ateneo), lo del guiso del venado (en el Ateneo), lo del cordero para el día de la patrona, lo de la madre del cordero....
Que a nadie se le ocurra atribuir una relación causa-efecto con la receta que viene a continuación, que es una de esas que tiene uno preparadas por ahí para casos de emergencia.
Este es el momento.

En la presentación del libro de Paul Richardson, éste comentó que los huevos fritos había que comerlos entre los compases del himno nacional. O con la habanera o el coro "Toreador" de Carmen, o en tono menor, con La Verbena de La Paloma. O, ya puestos, con las bodas de Luis Alonso o el tambor de granaderos.
Sea como fuere, el caso es que los huevos fritos, huevos estrellados o huevos rotos vienen a ser el plato español por antonomasia.
MI receta para los huevos rotos es ésta:
Una patata por persona.
Dos huevos, por persona (de lo contrario sería huevo roto).
Chorizo cortado en taquitos.
Jamón cortado en taquitos.
Abundante aceite de oliva para freir.
Sal. Que los huevos sin sal.....
Pelar y cortar las patatas en láminas de 1/2 cm. y después en palitos de igual grosor con el fin de obtener "patatas paja". Freir en abundante aceite hasta que estén crujientes. Salar y reservar en papel absorvente.
En sartén aparte, saltear el chorizo y el jamón.
Colocar un aro de emplatar en un plato y echar una cantidad adecuada de patatas paja. Sobre ellas, el chorizo y jamón fritos.
Freir los huevos en el aceite en que habíamos frito las patatas hasta que se haya cuajado la clara y la yema esté líquida, colocar dentro del aro y romper las yemas con dos tenedores. Completar el relleno del aro con más patatas.
Retirar el aro y adornar con perejil o con cebollino picado.
La semana que viene, otra vez.