miércoles, 23 de diciembre de 2009

LOTERÍA

Una vez consultada la lista oficial de los resultados de la lotería, podemos concluir que los niños y niñas de S. Ildefonso han vuelto a equivocarse y no han conseguido adivinar el número que jugábamos y la bolita correspondiente se ha quedado en el bombo.
No del todo. Han acertado el último y la Sra. Ministra de Economía y Hacienda tiene a bien devolvernos lo jugado. Para paliar el error, creo yo.
Nos hemos librado de la persecución a la que someten periodistas y directores de oficinas bancarias a los "agraciados".
¿Os imagináis en la primera página de todos los periódicos con gorritos de papá Noel y una botella de cava en cada mano?. ¿Os imagináis el teléfono sonando todo el día?. ¿Os imagináis sin hipoteca que echarse a la boca a final de mes?.
¡¡¡¡Vamos, que nos tenemos que sentir alivados!!!!.
Además, a mí, mi habilitado ha tenido el detalle de ingresarme la pensión y la extra correspondiente. Y la salud es lo que importa.
MaryLou, Mari Carmen, Carmenpiva y Tita: Mandadme vuestra dirección postal para que os pueda enviar vuestros 2 €. A Ana y a Víctor se los entregaré en mano y la dirección de Nina la tengo. La de Mari Carmen la perdí con la avería del ordenador, lo siento.
Mi E-mail está en el perfil.

domingo, 20 de diciembre de 2009

HOY HACE CUATRO AÑOS.

El día 19 de Diciembre de 2005. Hoy se cumplen cuatro años. Acababan de dar las diez de la mañana.
Desayunaba yo aquel día, como cualquier otro en mi cafetería de costumbre. Ocupaba mi sitio de siempre en el rincón más discreto mientras me estudiaba la prensa del día: Fernando Alonso ficha por McLaren, muere el padre de Julio Iglesias (D.E.P.), el correo electrónico cumple 20 años.... De pronto, una gran explosión. Una décima de segundo de desconcierto. Por la cristalera que da a la calle veo volar persianas, una lluvia de vidrios, ventanas, sus marcos. Todos los presentes nos hemos quedado quietos, sobresaltados. Me sorprendo a mí mismo, con los ojos cerrados tapándome los oídos con las manos y abriendo la boca en un acto reflejo aprendido en los ya lejanos años de "la mili" cuando disparábamos los morteros o los cañones sin retroceso. Gesto inútil, el ruido ha pasado ya.
Aparecen, por último, las cortinas en un vuelo lento y pausado dando a entender que el primer acto de la tragedia ha terminado.
¡Gas!.
¡Ha sido una explosión de gas!
¿Dónde?.
Aquí arriba. En el primer piso. Justo encima de nosotros.
Esos tres segundos habían durado una eternidad.
Marco el 112 en mi teléfono móvil. Comunica. Vuelvo a marcar -Ya tenemos noticias- me dice una voz al otro lado.
La calle, los balcones se van tupiendo de gente en pijama o con las batas o los albornoces puestos.
Un momento (O diez años) después empieza el ruido de sirenas: Policía, bomberos, ambulancias... Curiosos, periodistas, la televisión, los técnicos de la compañía del gas, los peritos del ayuntamiento, médicos, enfermeros..... calles cortadas, atascos, bocinazos.... CAOS.
Los vecinos del inmueble han salido todos a la calle. Los clientes de la cafetería también. Brutus, el bulldog de uno de los vecinos, ladra asustado.
Levanto la vista al primer piso y veo, a través de las ventanas destrozadas, que los techos y los tabiques del piso se han quedado desnudos enseñando impúdicamente su interior de bovedillas y ladrillos rojos.
Alguien dice: "Hay tres muertos". Nos sentimos sobrecogidos. Y en vísperas de Navidad.
Llamo a casa para tranquilizar a la familia. Aún no saben nada; pero este pueblo tiene las paredes de papel de fumar y las noticias las traspasan con facilidad.
O no.
Los primeros en salir son los bomberos. Distingo entre ellos a un antiguo alumno, le interrogo con la mirada, me responde con un gesto: Las palmas de las manos hacia delante desplazándolas hacia los lados y al centro en un movimiento rápido: Nada de importancia.
Afortunadamente, todo se quedó en un monumental susto. En unos destrozos descomunales y en una chiquilla de 17 años con quemaduras que precisaron de cirugía plástica.
¿Sin importancia?... Porque ni soy chiquilla, ni tengo 17 años.

Para más información, aquí:

jueves, 17 de diciembre de 2009

PIMIENTOS RELLENOS DE GULAS CON SALSA DE TINTA

Hemos resucitado la Sección de Gastronomía en el Ateneo. He tenido la "suerte" de ser designado digimocráticamente coordinador de la misma en plena ausencia mientras creía descansar en Inglaterra. Lógicamente, el nombramiento me ha llenado de orgullo.
Para la primera reunión, programamos una cena en la que cada participante debía llevar un plato elaborado por ella/él acompañado por una ficha con la receta correspondiente.
Y en la junta cada cual,
como suele suceder,
hizo gala de saber
del arte de cocinar.
Vichyssoise, revueltos varios, pistos manchegos, unos exquisitos pimientos de La Vera rellenos de gulas con salsa de tinta de calamar. Los que no se atrevieron con los fogones encargaron en la cafetería unas tortillas de patatas y unos canapitos de los que no dieron receta alguna. Se redondeó con unos repápalos con leche de postre, de los cuales no me dejaron participar aduciendo no sé qué argumentos sobre una presunta diabetes. Que el diablo los confunda.
Mi aportación, como vuestra inteligencia habrá intuído, fueron los exquisitos pimientos de La Vera rellenos de gulas del Norte con salsa de tinta de calamar del Cantábrico (En el Guadiloba no hay calamares).
Dado que su elaboración es de una simpleza antológica y los resultados espectaculares os recomiendo esta receta para cuando os nombren coodinadores de algo o cuando se presenten amigos por sorpresa. Que los sorprendidos sean ellos. ¡Qué corcio!.

Necesitais:
Un nombramiento ofical. Con registro de salida, fecha y firma de la autoridad. (No es indispensable).
Una lata de pimientos de La Vera. (O del piquillo; pero son más caros).
Una bandeja de gulas.
Una cucharadita de pimentón de La Vera picante
Una cebolla.
Un diente de ajo, medio pimento verde, medio pimiento rojo, dos tomates pelados y despepitados, sal, una pizca de azúcar, aceite de oliva. (O cualquier salsa de tomate que tengáis por ahí).
Vino blanco.
Dos cucharadas de tinta de calamar.
Me explico: El secreto de la salsa de tinta está en la cebolla, es lo que le da consistencia. Olvidad lo de ponerle harina o cualquier espesante. C E B O L L A.
La tinta la compro en tarros de 100 gr. Es un producto nuevo que da un resultado excelente. Dos cucharadas equivalen a cuatro bolsas de tinta congelada.
"Modus operandi":
En un cazo se pone el aceite, cuando esté caliente ponemos la cebolla bien picada y el ajo y dejamos que se haga lentamente. Echamos los pimientos y el tomate y dejamos hacer hasta que se deshaga todo. Se puede pasar por la batidora o el chino o dejarlo un poco grumoso, que es como a mí me gusta -y sobre gustos...-.
La añadimos el vino blanco y la tinta de calamar. Me gusta que quede bien negro. Además brillará que da gusto.
En una sartén freímos ligeramente unas láminas de ajo. Cuando estén, agregamos una cucharadita de pimentón apartados del fuego, vertemos las gulas y les damos una vuelta.
Abrimos la lata de pimientos y los vamos rellenado generosamente uno a uno colocándolos sobre una fuente apta para horno.
Un momento antes de comer, darles un golpe de horno. Servir en los platos con un cordón de la salsa de tinta.
Si alguien prefiere prescindir de las gulas y ponerles el maldito bichejo.... allá él/ella y su conciencia.
He dicho.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

CUMPLEAÑOS FELIZ

No me había dado cuenta. Hoy cumplimos un añito.
Hace un año, cuando me metí en esto, decía que no tenía ni idea.
Sigo sin tenerla; pero he ganado experiencia. Ahora soy experto en no tener ni idea.
Gracias a todos los que tenéis la paciencia de leerme.

CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAAAÑOS FEEELIZ......

martes, 8 de diciembre de 2009

COCIDITO CACEREÑO

¿Me habrá mirado un bizco?.
Todas las aventuras que corrimos en Inglaterra no son nada con lo que me encontré a la vuelta.
La chimenea atascada, el ordenador estropeado, tanto que he tenido que comprar uno nuevo, habiendo perdido, además mucha información (agenda, contactos, favoritos de internet....). Menos mal que los archivos (fotos, documentos, escritos, etc.) estaban a buen recaudo. Mary Paz se ha quedado sin móvil, se le ha muerto, sin más. Ella no ha perdido ninguna información porque es de esos que tienen dos tarjetas de memoria.
Y llegó el día de ayer. Lunes y puente.
Habíamos encargado tres cochinillos ibéricos para hacerlos en mi horno de leña portugués. Veinte comensales - palabra de honor- para celebrar los cumpleaños de tres de los miembros de esta familia, que, aunque no los cumplen el mismo día, si se llevan pocos días entre unos y otros. Dos son Escorpiones y uno Arquero y cada uno ha pagado el cochinillo correspondiente.
No os los vais a creer. Cuando fuimos a recoger el encargo... ¡¡¡¡¡¡LOS COCHINILLOS ESTABAN CONGELADOS!!!!!, los muy cerdos.
¿Qué hacer cuando dentro de un rato se van a presentar los invitados y no tienes NADA que ponerles?. Yo no tenía nada que ver en el asunto. Mi cumpleaños no era, desde luego, que uno en su modestia es Virgen y eso cae por agosto. Mi único compromiso es el del guisoteo que, por lo visto no se me da mal.
Los cochinillos han ido a parar al arcón en espera de mejor ocasión.
Y aquí está el tío Valentín al quite. Lo único que estaba claro era que había suficiente pan, ya me había ocupado de comprarlo por la mañana bien temprano. Noooooo, no es lo que estáis pensando: Eso de los milagros no se me ha dado bien nunca (Mira que sois brutos). Pero hombre precavido vale por mil (o eran sólo dos..., en fin), y en esta casa, en cuanto llega el otoño, y con él la bendita costumbre del cocido semanal, un servidor pone a remojo 4 ó 5 kilos de garbanzos usando un cubo para ello, luego los pongo en bolsas de esas de "zip" en paquetes de 200 ó 300 gramos y los congelo. Además también tengo preparados paquetes con los "principios" (carnes, huesos, tocinos, chorizos....) con las dosis precisas.
Vacié el arcón. Cuatro kilos de garbanzos ya remojados y seis bolsas de principios, además de algún choricillo y morcillitas de la despensa. La cochera de Dionisio, sacados los vehículos, hizo de cocina, mi puchero de veinticinco litros y el quemador de butano para paellas, tres horitas de cocción y nadie se acordó de que el menú era cochinillo asado al horno de leña.
Cocidito cacereño, como dios manda.
Tiene como peculiaridades que lleva calabaza, en algunos sitios también judías verdes, la sopa se hace con arroz y que los garbanzos se toman con un picadillo de tomate y cebolla al que yo le añado pepino y pimiento.
Los secretos de un buen cocido son:
Espumar el caldo.
Poner un pedazo de tocino añejo, rancio.
Echar los garbanzos sobre el agua hirviendo. Si es necesario agregar más agua durante la cocción, que esté hirviendo.
Que los garbanzos "bailen", es decir que suban uno a uno lentamente por el centro de la olla y caigan por las paredes en una cocción muy lenta. Dos horas y media como mínimo.
Es un cocido de cuatro vuelcos, que así es como se llaman los platos que se obtienen: Sopa, garbanzos, verduras y principios (pringue en Extremadura y pringá en Andalucía). Este último plato, del que Quevedo cantó su ausencia en El Buscón, antiguamente solo se comía en días de "campanas gordas", según relata Publio Hurtado, añadiendo que familia que abusaba de su consumo, estaba condenada a la ruina.

Venga, ahí va la receta. (Para cuatro comensales).

600 gr. de garbanzos remojados.

150 gr. de jarrete de ternera.

1 hueso de rodilla de ternera.

1 trozo de hueso de jamón ibérico.

250 gr. de panceta de cerdo ibérico

150 gr. de tocino fresco.

1/4 de gallina.

1 pedacito de tocino añejo (del tamaño de un dado de parchís).

4 pedazos de chorizo ibérico de guisar.

4 pedazos de morcilla (De cerdo ibérico).

1/2 repollo.

2 patatas medianas.

200 gr. de calabaza.

1 tomate hermoso.

1/2 pimiento verde.

1/2 pepino.

Un poco de cebolla o cebolleta.

Un manojo de presta (hierbabuena).

2.5 l. de agua. (Va a necesitar más).

Un puñado de arroz para la sopa. Sal.

Ponemos el agua a hervir, cuando lo haga añadimos las carnes y ponemos la sal al gusto. Vamos quitando toda la espuma que hagan las carnes, cuando deje de salir espuma, echamos los garbanzos y dejamos que vayan cociendo "bailando" a fuego muy suave durante dos horas o algo más. Añadir agua hirviendo según lo vaya necesitando.

Aparte cocer los chorizos y las morcillas hasta que estén en su punto. Retirar y reservar. En ese agua, hervir las patatas, después la calabaza y por último el repollo.

Preparar aparte el picadillo con el tomate, la cebolla, el pepino y el pimiento. Aderezar con sal y aceite de oliva.

Sacar parte del caldo para hacer el arroz. En el momento de servir se le añade el resto junto con la hierbabuena.

En el último momento se le echan el chorizo y la morcilla para que se calienten.

Se sirve primero la sopa de arroz con la hierbabuena. A continuación los garbanzos con el picadillo por encima. Después las verduras con un hilillo de aceite de oliva y por último la pringue.

Un buen vino tinto es el mejor acompañamiento.

¿A alguien le apetece un postre?.

Y que siempre tiene que sobrar una muestra.....!!!

sábado, 5 de diciembre de 2009

A COZINHA DOS GANHÕES

Es una muestra de la cocina pastoril aunque cada vez se ha ido acercando más a la cocina típica alentejana.
Predominan los platos de carnes de cerdo y cordero y, por supuesto el siempre presente bichejo sobre todo bajo su elaboración más clásica: El bacalhau dourado o bacalhau à Brás, que de las dos formas se lo conoce.
En el Ateneo solemos organizar una visita a este evento. Este año nos hemos apuntado solamente cuatro personas para ir el lunes, día en que no todos tienen oportunidad de asistir. Dos jubilados y dos trabajadores en turno de noche hemos sido toda la representación; pero hemos dejado el pabellón muy alto.

El viaje no es muy largo (unos 140Km. y alrededor de hora y media de camino), vamos, un paseo. Este año se han presentado una veintena de hosteleros, entre tasquiñas y restaurantes de la zona.

Después de dar una vuelta por los puestos de artesanía, mientras que los que pueden se fueron a ver los de dulcería, yo me puse a dar un vistazo por las tasquiñas eligiendo sitio para comer. Me decidí por uno suficientemente alejado de las puertas para huir del frío, porque por los menús y los precios eran todos iguales.

Ocupamos un extremo de esas mesas comunales que suele haber en estos establecimientos con sitio para veinte o veinticinco personas, y nos dispusimos a pedir antes de que aquello se llenara de gente, cosa que sucede a diario.

Tras los inevitables "acepipes" (queso, chorizo, longaniza, aceitunas, mantequilla, etc., acompañada de una jarra de un vino, más que tinto, negro, sin grandes virtudes; pero sin defectos y cerveza sin alcohol para la conductora, pedimos a saber:

Unos pezinhos de coentrada, que son manitas de cerdo al cilantro.

Perna de porco preto alentejana que es carne de cerdo negro (ibérico) con almejas.

Unas costillas de cerdo a la brasa y secreto también a la brasa.


Los golosos y alguna golosa disfrutaron de la sericaia, doce d´ovos y bolo de amendoas. Los que no teníamos que sentarnos ante un volante nos pudimos permitir el lujo de tomarnos unos chupitos de licor de almendras amargas (delicioso) o de poleos (Más rico aún) y de unos cafés espesos y fuertes como no se toman en ningún otro sitio.

Terminamos la jornada yendo de compras a un hiper de la zona donde, entre otras cosas, encontré unos vinillos de Borgoña a un precio increíble.