jueves, 16 de mayo de 2013

DE ESTAMBUL A VENECIA. DÍA 4.

Cuando amanece ya hemos llegado a Santorini. Hemos navegado 150 millas durante la noche (275 km. aprox).
Me llama la atención el nombre, etimológicamente procede de Santa Irene, igual que Santarem, en Portugal. Curiosidades en las que habrá que profundizar.
Santorini forma parte del archipiélago de Las Cícladas y es lo que quedó de una isla volcánica tras la explosión del volcán hace ya 3.600 años. El volcán continúa activo y ya se está formando una islita nueva, con los que dentro de 100.00 ó 200.000 años estará reconstruída otra vez. Los isleños viven con el temor constante a una nueva erupción, por lo que cuenta con innumerables iglesias y capillas repartidas a todo lo largo de la isla.
Elaboran un vino extraordinario y crían asnos, animal que han adoptado como símbolo del lugar. Se dice que en Santorini hay más vino que agua, más iglesias que casas y más burros que hombres.
Hay cinco cruceros anclados en la laguna. Más de siete mil turistas con la intención de visitar Fira.
El desembarco se hace en lanchas que no cesarán de ir y venir en las cinco horas que durará la estancia.
El acantilado sobre el que se encuentra Fira tiene unos 150 m. de altura y se puede acceder a pie por una escalera zigzagueante; pero dicen que se tarda una hora en llegar a lo alto. También se puede hacer ese camino a lomos de asno o por medio del funicular.
Las colas para utilizar tanto uno como otro medio de transporte son interminables. Después supimos que hay otra alternativa: Viajar en barco hasta Oia y subir en autobús, lo malo es que la bajada hay que hacerla a pie.
Decidimos, pues, quedarnos abajo en el puerto, de lo que no nos arrepentimos. Estuvimos visitando las tiendecitas de artesanía y tomando ouzo con pulpo a la brasa en las típicas terrazas.

Regresamos al barco tranquilamente antes de que empezaran las aglomeraciones de última hora.
A las 2 de la tarde, ya estábamos camino de Corfú.
Parece ser que ha desaparecido la vieja costumbre de la cena de gala con el capitán del barco y la han sustituído por un cóctel de gala en el recinto del teatro. Las chicas se han puesto todas guapísimas (También es verdad que para eso necesitan poco). Yo me pongo unos pantalones de "vestir" y una chaqueta de punto, sin corbata.
Me apunto a una copita de cava (los he tomado mejores) y Mary Paz a un cóctel sin alcohol.
El capitán presenta a su tripulación y, a continuación hay un espectáculo del que solo me han gustado los chistes del presentador: "Las diez mejores preguntas de los viajeros de crucero”.

3 comentarios:

Contando los sesenta dijo...

De momento, una experiencia excelente, ¿no?
En materia gastronómica veo que no has perdido el tiempo.

ODRY dijo...

Hoy le envidio más que nunca, pero disfrute, que está en lugares maravillosos.

Un besote.

Pilar Abalorios dijo...

Subir, bajar, hacer colas o tapita y copa? Ni color.

Que rebien lo estais pasando, me alegro mucho.