¡A mi n'amás me gusta
que dali gustu al cuerpo!
Si yo juera bien rico
jacía n'amás eso;
jechalme güenas siestas
embajo de los fresnos;
jartalmi de gaspachos con güevos y poleos....
(José Mª. Gabriel y Galán -1870-1905)
Como estamos en una época en que todos ponemos las mismas cosas, gazpachos, ensaladas, platos fríos.... hay que darse prisa, que aquí el que no corre, vuela.
Tenía yo programado pamibló uno de esos platos fríos, que por sus materias primas, tiene pocos días para disfrutarlo. El gazpacho de poleos. Dentro de pocos días habrá florecido y ya no nos valdrá.
Así que, antes de que me pisen la receta, me apresuro a hacer el gazpachito en cuestión y no perder comba.
Como no me apetece ir a buscar poleos -y mucho menos romperme un hueso en el intento-, me voy a la esquinita de correos y allí en el puestecillo de las hierbas lo hay con toda certeza, compro un par de manojos y me vengo a casa para preparar el primer gazpacho de la temporada.
Para cuatro personas precisamos:
1 manojo de poleos.
4 huevos cocidos.
2 dientes de ajo
miga de pan.
aceite de oliva, vinagre de jerez, sal.
2 L. de agua helada.
Lo hacemos tal que así:
Quitamos las partes leñosas del poleo, escogiendo solo las hojas y las partes tiernas, separamos las yemas de las claras de los huevos y humedecemos la miga de pan.
Ponemos en el vaso de la batidora la miga de pan, los ajos y el aceite. Batimos hasta que quede hecha una pasta. Añadimos el poleo y las yemas y seguimos batiendo. Vertemos en un bol o gazpachera, añadimos el agua helada y el vinagre y la sal al gusto. Troceamos las claras y las añadimos al gazpacho.
Quede claro que mi abuela lo hacía todo majado en el mortero; pero mi abuela no conoció nunca la thermomix.