lunes, 29 de diciembre de 2014

REPELAOS DE GARROVILLAS.

Buena parte de mi infancia, incluída una parte del preparatorio para el ingreso en el bachillerato, la pasé en Garrovillas de Alconétar, donde ejercía la sagrada profesión del magisterio la única hermana de mi madre. Mi tío, su marido, era el propietario de una de las tahonas del pueblo y, aparte de aprender con él muchas cosas acerca de su profesión, me enseñó también muchas matemáticas.
Hacía mi tío, cuando llegaban las fiestas navideñas, estas bolitas de mazapán a las que llaman “repelaos” en Garrovillas.
Aparte de una plaza mayor de impresionante belleza, con uno de los pocos corrales de comedias que aún quedan en pie y unos soportales de increíble equilibrio, tiene este pueblo una tradición dulcera artesanal basada principalmente en los piñones y las almendras. Grandes extensiones de pino piñonero y del cultivo del almendro dentro de unas parcelas a las que llaman “tapaos”, (de tapia).
Son tradicionales las perrunillas, los pestiños, los mantecaos... Los cagajones. Sí, los cagajones, ¿Pasa algo? Pues están riquísimos. Y por supuesto, los repelaos de Garrovillas.
También tiene, ya digo, otras cosas: En las despensas de los reyes de la casa de Austria no faltaba el pernil de Garrovillas y yo mismo, el buche, lo suelo encargar allí.
Volviendo al tema que nos ocupa. Mi tío siguió haciendo una o dos tandas de estas maravillosas bolitas mucho tiempo después de dejar la tahona.
Hasta los 92 años de edad.
La receta... La debo tener por ahí... No la encuentro... Y mira que es sencilla.... Pero me la ha repasado una compañera, garrovillana ella, del Ateneo y hemos vuelto a prepararlos y, para que no se vuelva a olvidar... Ahí va.
Vamos a necesitar.
½ Kg. de almendras dulces.
2 ó 3 almendras amargas.
350 gr. De azúcar.
1 huevo. (Puede ser que dos).
La ralladura de un limón. Solamente la piel, no el zumo.
Machacar las almendras en el mortero con un poco de azúcar. (Habrá que hacerlo en varias tandas).
Para hacer más facilita la cosa, se puede sustituir por 350gr. de harina de almendras y 150gr. De almendra molida “de granillo”; pero lo suyo es el mortero.
Mezclar con el azúcar, hacer un hoyito en el centro y añadir el huevo y la ralladura de limón. Amasar con las manos hasta conseguir una pasta homogénea y seguir amasando, mientras más se amase, mejor.
Tapar con un paño y dejar reposar al menos una noche.
Precalentar el horno a 200ºC.
En una bandeja de horno colocar unas obleas (En su defecto, una hoja de papel sulfurizado) y sobre ella ir depositando unas bolitas del diámetro de una moneda de dos euros que iremos haciendo con la masa. Salen aproximadamente 50 piezas. (En esta ocasión han sido 47).
Llevar al horno entre 7 y 10 minutos o hasta que hayan cogido un leve color dorado. Deben quedar un poquito crudos por dentro.

3 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Qué ricos!!!
Y que buenos recuerdos me trae esa foto.
Besos

Valdomicer dijo...

Pilar V:
Debería haber puesto una foto de las nuestras; pero desde aquí no tengo acceso a ellas.
Feliz 2015.

Antonio dijo...

Mi madre tambien los hace todos los años en San Blas y las Candelas, en la misma calle Ramon y Cajal, un poco mas abajo.