lunes, 15 de diciembre de 2014

CRÓNICAS DESDE INGLATERRA XVII

Este año, la visita a Inglaterra ha sido fuera de las fechas habituales. El motivo no es baladí: Ha nacido nuestra tercera nieta y hemos tenido que retrasar el viaje que hacemos tradiconalmente por Noviembre.
Así que, por primera vez en nuestras vidas, vamos a pasar las fiestas navideñas fuera de casa. Toca cantar “Suspiros de España” aunque esto no sea Nueva York.
Hoy os voy a contar cómo pasan estas fiestas los ingleses. No deja de ser sorprendente.
La Navidad comienza de hecho el día 15 de Noviembre con el encendido de ungran árbol en Trafalgar Square regalo del pueblo noruego al inglés en memoria de la colaboración recibida durante la II Gran Guerra.
De derecho, empieza cuatro domingos antes de Navidad con el comienzo del tiempo litúrgico del Adviento.
Los niños ingleses reciben como regalo un “calendario de Adviento” que tiene tantas ventanitas como días faltan para la Navidad y cada día se va abriendo una de las ventanitas y de ella se extrae un pequeño regalo: Un juguetito, un caramelo, una chocolatina...
Las calles están llenas de luces, en las casas se instala el árbol y se adornan puertas y ventanas con coronas de hiedra, acebo y muérdado, plantas que permanecen verdes todo el año. El muñerdago es la hierba sagrada de los druidas, capaz de realizar milagros. Para los romanos simbolizaba la Paz; pues cuando los enemigos se encontraban debajo, arrojaban las armas y declaraban una tregua, de ahí la costumbre de besarse en su presencia.
Los más cursis (o sea, casi todos) llenan las fachadas de sus casas de lucecitas de colores: Casacadas, estrellas, papásnoeles, renos... que compiten en luminosidad con el alumbrado público.
En todos los sitios se organizan mercados navideños, las calles y plazas se llenan de tenderetes en los que se venden golosinas, adornos y artesanía, fundamentalmente destinados a hacer los regalos a parientes y amigos, sin que falten las “crackers” tan tradicionales.
Los conciertos están a la orden del día. Lo más habitual es que catedrales, abadías y parroquias den sus conciertos entre los que no puede faltar “El Mesías” de Händel.
Ves a los camareros de tu pub, los del restaurante, las cajeras de los supermercados, los vendedores de coches, los mancebos de botica y ¡hasta el boticario! luciendo sin pudor unas diademas rematadas con cuernos de reno (o de alce), o con estrellitas plateadas o, en el mejor de los casos, luciendo un gorrito rojo con los bordes blancos y rematado con un pompón. Un día, todos los emplados de una empresa visten los típicos jerseys de esos que llevan tiras horizontales con ciervos, gamos, etc, que se alternan con tiras horizontales con dibujos geométricos, hojas de árboles y flores.
A pesar de la era informática, las tarjetas postales (Los famosos Christmas), se siguen enviando a familiares y amigos. Por estas fechas se mueven millones de tarjetas en las oficinas de correos, la mayoría de las cuales están adquiridas en tiendas de caridad y su recaudación se destina a ese fin.
La nochebuena no se celebra, es solamente el “christmas eve”, la víspera de Navidad. Los peques colocan esa noche a los pies de su cama unos calcetines -los más optimistas la funda de la almohada- para que esa noche Father Christmas los llene de regalos de los que disfrutarán el día importante, los mayores encontrarán sus regalos debajo del árbol. Es habitual agradecer la visita de tan generoso amigo dejando, a su vez, presentes tales como un pastel, zanahorias o una botellita de wisky y unas copas para servirlo.
Manda la tradición comer ese día el pavo asado, relleno de salchichas, regado con “gravy” y acompañado de coles de Bruselas, patatas, chiribías y salsa de pan o de arándanos precedido por una crema o puré de calabaza o de boniato y rematado con el puding de Navidad, un dulce que se elabora con semanas de antelación y que contiene mucho alcohol, principalmente brandy, en cuyo interior se suele introducir una moneda.
No pueden faltar las tradicionales crackers. Se trata de unos curiosos paquetitos cilíndricos del tamaño y aspecto de petardos, envueltos en papeles de colores y retorcidos por los extremos (como un caramelo). Dos comensales cogerán uno de los crackers por cada uno de sus extremos y tirarán con fuerza de él, que se romperá haciendo un ruido parecido al de una pequeña explosión. Uno de los participantes recibirá el premio que hay en su interior: Una galleta... una chocolatina... un papel con un chascarrillo y una corona que tendrá que lucir dutrante todo el banquete.
El día despues de la Navidad es San Esteban, el “Boxing day”. Antiguamente, los sirvientes o aquellas personas que ofrecían servicios a la comunidad (lecheros, carteros, guardias, etc), recibían en esta fecha un “aguinaldo” consistente en un pequeño presente que ponían en el interior de cajas. Otras contenían limosnas para los más necesitados, las cajas se abrían en las iglesias y se distribuía el dinero a los pobres.
La nochevieja no se celebra. Ni campanadas, ni uvas, ni cotillones, ni matasuegras, ni ríos de champán.
Existe la tradición, llamada primer paso, según la cual la primera persona que cruce tu puerta el nuevo año marcará la suerte de la casa. Lo habitual es que esa persona traiga un pedazo de carbón, una hogaza de pan y una botella de wisky, para que no falten ni el calor, ni el alimento ni la alegría.
Por año nuevo, nada especial, es festivo y punto.
Lo que no entiendo es cómo son capaces de pasar el día de reyes sin cabalgata, caramelos, confeti, serpentinas, concejales con falsas barbas o untados de betún, niños tiritando de emoción subidos en las espaldas de sus papás y, por la mañana, los parques con atasco de triciclos, bicicletas de piñón fijo, cochecitos de bebé con muñeca dentro, patines de tres ruedas, patinetes y hasta helicópteros con mando a distancia. ¡No saben lo que se pierden!
Finalmente, el decimosegundo día después de Navidad se recogen todos los adornos hasta el próximo año.

6 comentarios:

Mery Varona dijo...

Gracias, Valentín, eres un pozo de sabiduría y sabes contarlo con gracia y propiedad. Dan ganas de irse unos días a las grandes bretañas para experimentar lo que cuentas.
Besos a la familia y al narrador.

Valdomicer dijo...

Mery Varona:
Son los ojos de cariño.

Tita dijo...

Sobre el contador: maravilloso, como siempre.

Sobre lo contado: fatal, fatal, fatal, pero mal ¿eh? ¿qué es eso de no hacer Nochebuena, cantando con tu cuñada borde al lado? ¿Y atragantarse con las uvas en Nochevieja, después de un nuevo atracón? ¿eh?
Y ya lo de no tener cabalgata con concejal pintado, ni acordeón en el estómago cuando niño, ni acordeón en el estómago cuando mayor haciendo de reina y rey mago...vamos, de cárcel, pero sin juicio ni nada ¿eh?

El paraiso de los odiadores de la navidad, eso es.

Pero eso sí, encantada y agradecida de tu crónica ¡perfecta!

Besos y abrazos a los nuevos abuelos, a la recién hermana mayor, y a los papás repetidores, esto sí es un regalo de navidad ¿a que sí?

Rosa María Gandarias dijo...

Buenos días Valentín: Muy bonita la descripción navideña inglesa. Ellos empiezan a vivir la Navidad junto con el Adviento, cosa que ya se está introduciendo también en España, ponemos la corona de Adviento con las 4 velas que se encienden una cada domingo,(aunque ésta es una costumbre centroeuropea) ponemos el calendario de Adviento, cada vez mandamos menos tarjetas, y algo que no soporto, (ya sé que es una manía mía), el bueno de Papa Noel.
A mí me gustan todas las celebraciones, pero priorizando las españolas: Belén, con más de una figurita rota; cena de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Reyes; ganamos en celebraciones por goleada.
Felicidades por la nueva nieta, que ELLA SI QUE ES NAVIDAD. Un saludo cariñoso.

Valdomicer dijo...

Tita:
Lo vamos a arreglar. Este año hay nochebuena, nochevieja y reyes ¡Vamos, hombre! Además de turrones,figuritas, pasteles de gloria y.....¡Polvorones!Sin olvidar el champán ni las uvas. ¡Faltaría más!
Un besino.

Valdomicer dijo...

rosa maria gandarias:
Decía mi suegra que si repartiésemos todas las fiestas que concentramos en estos días a lo largo del año, (un banquete de los gordos cada dos meses)sería más sano, más barato y más divertido.
En cuanto a Papá Noel (O Santa Claus, o cualquier otro gordo barbudo) yo lo llamo "El viejo republicano" y me quedo más a gusto.
Un besino.